“Quería conocer de su propia boca cómo era la experiencia portuguesa: ser muy cuidadoso con las cuentas públicas y desarrollar el consumo para que de ese modo se generen más ingresos fiscales, que es lo que planteo yo”, le contó Alberto Fernández a Clarín sobre cuál fue el motivo que lo llevó hasta Lisboa para conocer al socialista António Costa, el primer ministro de Portugal que el candidato argentino a la presidencia por el Frente de Todos calificó como “carismático y afectuoso”.
Luego de cuatro días en España, donde se reunió con el presidente Pedro Sánchez, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero y con los principales empresarios españoles con intereses en Argentina, Alberto Fernández voló este viernes hasta Lisboa. Allí, Costa lo recibió en el Palacio de São Bento, el antiguo monasterio que asistía a los enfermos de peste que en 1834 se convirtió en sede del Parlamento portugués y en cuya parte posterior se construyó la mansión que oficia de sede del primer ministro.
“Hablamos de cómo Portugal estaba manejando la deuda -contó Fernández-. Es una país que tiene una deuda del 120 por ciento del producto. Lograron pagarle todo al Fondo Monetario Internacional y de ese modo consiguieron abaratar las tasas. Como toda Europa, están pagando tasas de interés muy bajas y entonces se les está haciendo bastante llevadero el problema de la deuda.” Costa, líder del Partido Socialista de Portugal, gobierna desde finales de 2015 con el apoyo de comunistas, verdes y del Bloco de Esquerda, cercano a los españoles de Podemos, y es considerado un modelo a seguir por el resto de los líderes socialdemócratas europeos.
Consiguió un acuerdo que parecía imposible al lograr una convergencia a la izquierda dominada por la centroizquierda, lo que provocó un vuelco a la tendencia de declive de los socialistas.
El candidato argentino y el primer ministro portugués hablaron de la Unión Europa y el Mercosur. Durante una hora y veinte y acompañados por el canciller portugués, Augusto Santos Silva, y por Felipe Solá, Fernández y Costa analizaron el acuerdo y coincidieron en plantear el modelo de recuperación de la economía a partir del consumo para salir de la crisis.
“En alguna medida tenemos parámetros parecidos -reconoció el candidato argentino-. Costa llegó después de un gobierno conservador que, al igual que Macri, llevó adelante una política económica muy ortodoxa. Costa llegó e hizo algo muy heterodoxo pero con mucha disciplina fiscal, que es lo que yo siempre planteo.” Otra de las coincidencias entre el argentino y el portugués es que, para ambos, octubre será un mes clave: el 27 Alberto Fernández podría convertirse en presidente de la Nación y António Costa enfrentará elecciones legislativas en las que los sondeos lo dan por ganador, aunque sin la mayoría absoluta que el portugués anhela.
“El primer ministro portugués se mostró interesado por lo que está sucediendo en Argentina, él quiere que concretemos de una vez por todas el acuerdo con la Unión Europea -dijo Alberto Fernández, mientras esperaba su vuelo de regreso a Madrid-. Yo le transmití que queremos el acuerdo pero que no lo hagamos de modo tal que lastime a la industria argentina.”
Eso mismo le había dicho el compañero de fórmula presidencial de Cristina Kirchner al jefe de gobierno en funciones, el socialdemócrata Pedro Sánchez, durante el encuentro que tuvieron el jueves en el Palacio de La Moncloa. Sánchez, que tiene algo más de dos semanas para formar un nuevo gobierno o repetir elecciones, no oculta su admiración por lo que él llama “la fórmula portuguesa”: un ejecutivo monocolor que tiene como socios a algunos partidos en los que se apoya puntualmente para resolver ciertas cuestiones de gobierno.
Con esta visita express a Portugal, Alberto Fernández cierra una gira europea motivada por compromisos académicos que el ex jefe de Gabinete tenía con la Universidad Camilo José Cela de Madrid, donde da clases en uno de sus máster, y terminó convirtiéndose en una plataforma de contactos políticos que le aportan, aun siendo sólo candidato, proyección internacional.
Fernández regresó a Madrid el viernes por la noche. Siempre como huésped del embajador uruguayo, Francisco Bustillo -según la embajada argentina en España, el candidato del Frente de Todos no llamó al embajador Ramón Puerta ni pasó a saludar por la sede diplomática-, su intención es poder descansar el fin de semana antes de regresar a Buenos Aires y encarar la campaña.
Fuente: Clarín