Alberto Fernández se reunió desde las 16.30 (hora local) con Andrew Forrest, presidente de Fortescue Future Industries (FFI), para cerrar una inversión en hidrógeno verde por 8.400 millones de dólares que creará más de 15 mil empleos directos y entre 40 y 50 mil indirectos.
Los primeros trabajos de prospección se iniciaron en Río Negro, provincia que la empresa australiana espera convertir en un polo mundial exportador de hidrógeno verde en 2030, con una capacidad de producción de 2.2 millones de toneladas anuales, lo que cubriría una producción energética equivalente a, por ejemplo, casi un 10% de la energía eléctrica consumida por Alemania en un año.
Las negociaciones las inició el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. Junto a Forrest llegó el conocido ex rugbier Agustín Pichot, que representa a FFI en América Latina. De la reunión también participaron Santiago Cafiero (Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto), la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, y el asesor del Ministerio de Desarrollo Productivo, Marcelo Kloster. Del lado de la empresa estuvieron Julie Shuttleworth (CEO), Todd Clewett (Senior Manager Global) y Sebastián Delgui (Gerente Regional de Gobierno y Comunidades para Región Latinoamérica).
El proyecto se desarrollará en los alrededores de la ciudad de Sierra Grande, la cual cuenta con antecedentes en la producción de mineral de hierro. Allí ya estuvo instalada la empresa Hipasam SA, que llegó a explotar la mina de hierro más grande de Sudamérica hasta 1992, cuando un decreto presidencial determinó su cierre.
La prospección que comenzó la empresa se basa en analizar cantidad y calidad de vientos, fuente energética principal para la producción, y se inició a partir de un acuerdo firmado junto al Ministerio de Desarrollo Productivo y la Nación y el gobierno de Río Negro.
Una vez determinado que el recurso eólico y otros son satisfactorios, se dará inicio a las consultas públicas y trámites para la construcción del proyecto, el cual tendrá tres etapas. La etapa piloto, para confirmar las capacidades previstas, con una inversión estimada en 1.200 millones de dólares, que producirá unas 35 mil toneladas de hidrógeno verde, energía equivalente para satisfacer a 250 mil hogares, la cual se iniciará en 2022 y finalizará en 2024.
La primera etapa productiva, con una inversión estimada en 7.200 millones de dólares, producirá unas 215 mil toneladas de hidrógeno verde, capacidad energética equivalente para cubrir el consumo eléctrico de 1 millón 600 mil hogares, y se extenderá hasta el año 2028.
“La Argentina tiene una gran oportunidad por delante y necesita empresas así, que inviertan y generen trabajo. El hidrógeno verde es uno de los combustibles del futuro y nos llena de orgullo que sea la Argentina uno de los países que esté a la vanguardia de la transición ecológica”, dijo Alberto Fernández sobre el acuerdo.
Además, celebró “la responsabilidad social de la empresa para construir con los mejores valores de las comunidades”, consideró que “el mundo no resiste más maltrato”, y destacó que Pichot forme parte de la empresa y de tan importante anuncio.
Andrew Forrest, por su parte, aseguró: “Estamos listos para invertir en la Argentina, somos una empresa de energía de punta que contrata gente y capacitamos gente, y eso queremos hacer en su país. Estamos acá para que la Argentina sea líder mundial en energía renovable y para que sea exportadora”.
Además, expresó que su empresa “es un ejemplo por su comportamiento y sus valores sociales y ambientales” y detalló: “La presencia femenina es masiva y es un valor muy importante el respeto por las comunidades en las que desarrollamos nuestra actividad”.
Agustín Pichot habló luego en conferencia de prensa acompañado de Santiago Cafiero, Matías Kulfas y Cecilia Todesca: “La idea era crear algo en el país que sea revolucionario. Un amigo australiano me pidió que tomara esta revolución en Latinoamérica y lo hice con el corazón pensando en Argentina, que tiene viento, sol y energías renovables. Habiendo trabajado un año podemos decir que Argentina está entre los cinco proyectos más importantes de la compañía. Habiendo visto 150 proyectos, viajamos a más de 70 países y Argentina está entre los cinco más importantes, que se llama Pampas”.
En sintonía con esto, Kulfas afirmó: “Es por los números y por lo transformador es la inversión internacional más importante que se está anunciando en la Argentina en el siglo 21. Lo tomamos con mucha responsabilidad y con mucho orgullo. Se trata de una inversión que está fundando una nueva industria, la del hidrógeno verde. Está creciendo a nivel internacional. Es una fuente de energía, se utiliza en la movilidad”.
Y agregó: “Es una realidad que va a ir creciendo en el tiempo y pone a la Argentina a la vanguardia. Vamos a construir el combustible del futuro que ya empezó a transitar. Nos va a poner en un lugar muy importante en creación de puestos de trabajo, todo es escalable, la demanda va a ir creciendo y es un desafío para las industrias argentinas que van a trabajar con esta inversión”.
Forrest es un empresario muy conocido en Australia, que apoya las recomendaciones del Acuerdo de París para frenar las consecuencias sociales y económicas del Cambio Climático. FFI, su nave insignia, está asumiendo una posición de liderazgo a nivel global basado en la industria de la energía y los productos ecológicos.
Esta empresa australiana intenta consolidar proyectos en el mundo, y Argentina está entre sus prioridades. Kulfas entendió rápido las lógica comercial de Forrest y avanzó en una secreta negociación bajo las instrucciones de Alberto Fernández. En noviembre de 2020, el presidente ya había mantenido una videoconferencia con Forrest, y a partir de allí todo se aceleró.
No fue casualidad que Alberto Fernández y Forrest decidieron encontrarse en Glasgow, durante la cumbre de Cambio Climático. Ambos apoyan el Acuerdo de París, tras un período de oscuridad con Donald Trump en la Casa Blanca. El Gobierno presta atención en las energías renovables -con Gustavo Beliz como principal referente- y la decisión empresarial de Forrest encaja en esta lógica política.
Alberto Fernández llegó a Glasgow con un discurso político que se apoya en la mirada que tiene Francisco, Angela Merkel y Emmanuel Macron respecto a las consecuencias del Cambio Climático. Y sobre esta mirada ideológica, el jefe de Estado plantea que no es posible utilizar las recomendaciones del Acuerdo de París para fijar supuestas barreras ecológicas que, en realidad, operarían como límites geopolíticos al ingreso de originados en América Latina.
Forrest delegó la negociación a Pichot, a quien respeta por su trayectoria en el rugby. El ex capitán de los Pumas se entendió rápido con Kulfas, y todo fluyó en una época atravesada por el COVID-19, la interna política en la coalición oficial y las últimas medidas del gobierno que poco alientan a las inversiones directas para la Argentina.
(Infobae)