El presidente Alberto Fernández dijo que buscaría el consenso con la oposición para aprobar un “plan económico plurianual” que permita sacar al país del estancamiento y refinanciar los US$ 45 mil millones que se le adeudan al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Una semana más tarde, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, dijo que es el Presidente “quien tiene la lapicera” para firmar ese y otros acuerdos, y apuntó a la responsabilidad de la oposición, al afirmar que “cuando se busca el voto popular se debe ejercer la responsabilidad de esa representación. Más aún cuando se han ganado las elecciones”.
Pero al mismo tiempo aseguró: “Nunca esperen de mí que firme algo que arruine la vida del pueblo argentino, nunca, nunca”, dijo la ex mandataria, condicionando su apoyo y el de su sector.
Ante este panorama, las voces de la oposición no se hicieron esperar. La titular del PRO, Patricia Bullrich, dejó en claro que “primero se tienen que poner de acuerdo entre ellos (el Gobierno) porque no sea cosa que jueguen el papel del policía bueno y el policía malo para, luego, una de las partes desconocer lo tratado”.
Algo similar dijo el último ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, quien en tono irónico apuntó a que “los días pares, una parte del Gobierno dice que quiere llegar a un acuerdo, y en los impares la otra parte dice que no”.
Incluso el senador por la UCR Martín Lousteau apuntó: “Nunca he tenido un diálogo con (el ministro de Economía) Martín Guzmán. Dicen que se reunieron más de una decena de veces con el Fondo, y yo, que formo parte de la Comisión Bicameral de tratamiento de la deuda, no he tenido ni un solo informe sobre la marcha de las negociaciones”.
Además, “una cosa es trazar unas metas, decir cuánto va a crecer la economía, cuánto se va a conseguir de recaudación, y a partir de eso saber qué podés pagar, pero acá el tema es saber cómo se va a llegar a esos objetivos, y eso no está a la vista”, dijo el legislador por la Ciudad de Buenos Aires.
En lo concreto, Bullrich adelantó que cualquier acuerdo “tiene que generar la reestructuración de la relación nación provincias, como habíamos hecho nosotros con el Pacto Federal”, que impulsó una rebaja de los impuestos, en especial Ingresos Brutos.
Además, las eventuales restricciones que impliquen un acuerdo con el Fondo deben repartirse de manera ecuánime: “Lo que quiere el Gobierno es ajustar a la clase media, no a las provincias”, dijo la ex ministra de Seguridad.
En ese marco, apuntó a “modificar las transferencias que se les hacen a las provincias, que siguen con estructuras feudalizadas, con más empleos públicos que privados, y que dependen de los impuestos nacionales”.
También llamó a “cambiar la legislación laboral, para lograr un mercado que baje la cantidad de planes sociales que tiene Argentina”, en un guiño al proyecto presentado por Sergio Massa.
La titular del PRO, quien también advirtió que “no queremos caer en una situación de hiperinflación” por la falta de acuerdo ya que “somos conscientes de la situación, lo estamos viendo, (desde el Gobierno) están rascando la olla de los dólares, generando restricciones negativas para Argentina”.
Bullrich también propuso “una rebaja del gasto de la política, aunque sea simbólica” dentro del peso total de las erogaciones del Estado, y en ese segmento Juntos apunta a establecer la boleta única para las elecciones, entre otras medidas.
En ese sentido, Hernán Lacunza expresó su preocupación por el avance de las negociaciones con el FMI y apunto a que “si hay que hacer un ajuste es porque antes hubo un desajuste. Alguna vez tenemos que interpelar a los gobiernos por eso”.
“Me desconcierta que digan (desde el Gobierno) que no hay ajuste: el gasto no bajó, pero subieron los impuestos. La política fiscal tiene dos patas, la de los gastos y la de los ingresos. En estos dos años subió 2,5 puntos. Eso es una transferencia del sector privado al público”.
“Cuando el Gobierno dice que las negociaciones del FMI no van a traer un ajuste, me parece que está pensando en nuevos impuestos, y Argentina ya tiene un peso mayor al 30% de carga impositiva, lo que hace difícil atraer inversiones. Confío en que Juntos no apoyará la creación de ningún nuevo gravamen”.
Lacunza también advirtió que no hay mucho tiempo para la negociación. Recordó que el Banco Central tiene reservas netas por US$ 5 mil millones, “y perdemos mil por mes. Es una cuestión aritmética, así no se puede seguir. No es fácil, pero hay que tomar decisiones de forma ordenada”.
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