La carrera por la aprobación de la reforma del Consejo de la Magistratura sufrió su primer revés. Y es que si bien había una sesión prevista para este miércoles en el Senado, la misma terminó cayéndose a último momento debido a la oposición de un aliado clave que dejó al Frente de Todos sin el número para conseguir la media sanción.
El acompañamiento del rionegrino Alberto Weretilneck – que presentó su propio proyecto y reclama “federalizar” más el Consejo – había estado siendo negociado desde la semana pasada, sin embargo las conversaciones no terminaron de llegar a buen puerto, por lo que se decidió atrasar la sesión hasta la semana que viene.
El miércoles, mientras tanto, se volverá a reunir el plenario de comisiones para agregar cambios al proyecto que garanticen su aprobación. “Va a salir”, repiten, confiados, desde el bloque oficialista, concientes de la necesidad que tiene el gobierno nacional de conseguir una victoria legislativa unificada luego de la crisis interna que causó la votación dividida del acuerdo con el FMI.
“Weretilneck está muy firme”, deslizó a este diario un senador del FdT que sigue de cerca las negociaciones para aprobar la reforma del Consejo de la Magistratura antes de que venza el plazo de 120 días que dejó el fallo de la Corte Suprema que declaró la inconstitucionalidad de la ley vigente. Si bien tras el recambio legislativo el oficialismo perdió la mayoría en el Senado, el bloque no había tenido nunca grandes problemas para conseguir quórum gracias al acompañamiento de dos aliados clave: el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana. Para este proyecto, sin embargo, el rionegrino puso varias objeciones desde el día uno, motivado en parte por su animadversión hacia su coprovinciano autor del proyecto, el ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria. El reclamo oficial, sin embargo, es la falta de “federalismo” del proyecto oficial.
“Nosotros les pedimos que, para la elección y remoción de jueces, se integre el Consejo con consejeros regionales. Estos consejeros no van a cobrar sueldo y solo van a intervenir en los temas locales de elección y enjuiciamiento”, explicaron desde el entorno de Weretilneck, quien estuvo negociando hasta ayer a la tarde con los presidentes de las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales, Oscar Parrilli y Guillermo Snopek. El senador rionegrino se propuso respaldar el proyecto del oficialismo y cedió cerrarle la puerta al presidente de la Corte Suprema – en su proyecto se incluía la incorporación de uno de los cortesanos -, pero exigió a cambio un Consejo con mayor presencia federal que incluyera representantes de las provincias. “Pero no tomaron lo de los consejos regionales”, detallaron cerca de Weretilneck.
Al no lograr llegar a un acuerdo, el oficialismo resolvió suspender la sesión y reemplazarla por una nuevo plenario de comisiones a las 16 horas. El objetivo es continuar negociando modificaciones con Weretilneck y algunos senadores del oficialismo – que también exigieron una representación más federal – y presentar un nuevo proyecto que consiga dictamen y se debata la semana que viene. “Con eso logramos los 37 senadores que necesitamos”, manifestó, confiado, una de las principales espadas del oficialismo. El acompañamiento de Solari Quintana ya está garantizado, por lo que con Weretilneck estarían los números necesarios para conseguir la media sanción, aunque de manera muy ajustada.
Más complicado será, sin embargo, el escenario en Diputados, en donde la paridad es mayor y el rechazo de Juntos Por el Cambios al proyecto, por lo tanto, pesa más.
El proyecto del Ejecutivo eleva de 13 a 17 el número de integrantes y rechaza la participación de la Corte Suprema en el organismo encargado de seleccionar y sancionar jueces y juezas. Esto último fue el principal foco de conflicto con JxC, que presentó su propio dictamen de minoría en el que respalda la postura de que sea el presidente de la Corte Suprema, es decir Horacio Rosatti, quien conduzca el Consejo de la Magistratura. De superar el filtro en el Senado, el oficialismo tendrá una ardua tarea en la Cámara Baja para convencer a los bloques minoritarios, muchos de los cuales (como el FIT o los cordobeses que responden al gobernador Juan Schiaretti) ya anticiparon que votarán en contra.
Casa Rosada, mientras tanto, mira con atención lo que pasa en el Senado. Por un lado, pesa la situación de incertidumbre ante la cuenta regresiva que dejó el fallo de la Corte – que estableció que si hasta el 15 de abril no existía una nueva ley se tenía que volver al (derogado) sistema anterior -, pero por el otro está también la necesidad de conseguir una victoria en el medio de la crisis interna. Mientras que la posibilidad de una bilateral entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner parece aún lejana, la expectativa del gobierno nacional es poder ir avanzando en pequeños gestos de unidad que permitan descomprimir las tensiones entre el albertismo y el kirchnerismo. El gobierno necesita, más que nada, que el FdT deje atrás la foto de la votación dividida en el debate por el acuerdo con el FMI y consiga una victoria legislativa con todo el bloque votando unido.
En esta línea, el rápido acompañamiento del gobierno nacional al proyecto del bloque de senadores que busca crear un fondo con el dinero de la evasión fiscal para pagarle al FMI fue, a su vez, un guiño del presidente hacia el kirchnerismo. “Ellos lo apoyaron en el acto como un gesto de acercamiento. Y ahora nosotros hacemos otro gesto de acercamiento debatiendo el proyecto de reforma de Consejo de la Magistratura que mandó el Ejecutivo”, admitió un senador del FdT. El objetivo es que, resuelto el tema del Consejo de la Magistratura, el Senado comience a tratar el proyecto de evasión fiscal la semana que viene.
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