La decisión ya está tomada. Pese a que el Gobierno asegura que el gasoducto Néstor Kirchner estará operativo a partir del próximo 20 de junio, en la Secretaría de Energía no quieren correr riesgos de aprovisionamiento y confirmaron que regresará el segundo buque regasificador al puerto de Bahía Blanca, para cubrir los picos de consumo de gas en el invierno.
La Argentina tiene un buque regasificador emplazado en el puerto de Escobar durante todo el año y, en los meses de invierno, suele contratar otro para reforzar el abastecimiento. Esta operatoria ocurrió todos los años desde 2011, con la excepción de 2019 y 2020.
“Con el objetivo de reforzar la seguridad y optimizar los costos del sistema, la Secretaría de Energía se encuentra trabajando en las estimaciones de demanda de gas para el año 2023, con un foco especial en el invierno hasta la entrada en operación del gasoducto Néstor Kirchner (GPNK) y previendo una disminución en los volúmenes de gas de Bolivia hacia nuestro país”, dijeron en la cartera que dirige Flavia Royón.
La declinación de los pozos gasíferos de Bolivia preocupa al Gobierno, porque el abastecimiento del norte argentino depende de los envíos de ese país. Por eso, entre los planes del Ministerio de Economía está avanzar con una segunda licitación para realizar obras que mejoren la conexión de los gasoductos y redireccionar los caños del norte para suplir también en un futuro al norte de Brasil.
En el invierno pasado, la Argentina importó de Bolivia en promedio 14 millones de metros cúbicos por día (m3/d) de gas natural. Para 2023, sin embargo, según las estimaciones de la Secretaría de Energía, Bolivia enviaría como máximo 8 millones de m3/d en los picos de bajas temperaturas (junio y julio).
Con las distintas rondas del Plan Gas lanzando a fines de 2020, Energía se aseguró de proveedores locales una oferta de gas estable todo el año de 100 millones de m3/d, que están comprometidos hasta diciembre 2028 (luego de una extensión realizada este año) a precios promedio de hasta US$3,53 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector).
La Argentina importa 60 millones de m3/d de gas en invierno, cuando el consumo total del país aumenta de casi 130 millones de m3/d a 190 millones. Las importaciones se abastecen con los buques de gas natural licuado (GNL), la oferta de Bolivia y otros hidrocarburos alternativos, como gasoil y fueloil, a valores promedio de US$25 el millón de BTU.
La puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner permitirá ampliar la capacidad de transporte desde Vaca Muerta a Buenos Aires en 11 millones de m3/d el año próximo. Para 2024, cuando estén instaladas las plantas compresoras de gas (comprimen el gas y entra más volumen), la capacidad del gasoducto aumentará a 18,5 millones de m3/d, lo que permitirá sustituir importaciones.
Para ello, el Gobierno licitó otra ronda de Plan Gas para llenar el ducto en los próximos años. “El objetivo primordial de la ronda 4.2 de conseguir volúmenes para el funcionamiento del GPNK fue alcanzado con creces, puesto que las ofertas para el gas plano en julio aumentaron en 11 millones de m3/d y en enero, a 3 millones de m3/d, lo cual excedieron las cantidades solicitadas en casi 4 millones de m3/d adicionales. Asimismo, en cuanto al precio promedio adjudicado, vuelve a ser inferior al de la ronda 1, en forma leve para los valores de julio, pero de manera bastante significativa para los de enero (en más de US$0,50 el millón de BTU)”, indicó el exsecretario de Hidrocarburos Juan José Carbajales, en el último informe de su consultora Paspartú.
El buque regasificador del invierno pasado, operado por la empresa Excelerate, tenía una capacidad de regasificación de 15 millones de m3/d. La construcción del gasoducto Néstor Kirchner permitirá definitivamente dejar de depender de ese segundo buque regasificador. El buque de Escobar, con capacidad de 22 millones de m3/d, seguirá un largo tiempo más.
“La demanda de gas depende de múltiples factores, principalmente de la temperatura, la hidraulicidad y la actividad económica. Esto termina determinando un abanico de demandas posibles. Para garantizar el abastecimiento se trabaja en una serie de medidas, entre las que se encuentran contratar el buque regasificador de Bahía Blanca; realizar acuerdos con Bolivia, Chile y Brasil para la importación de energía eléctrica a precios competitivos, y renovar los acuerdos con Bolivia para la importación de gas”, explicaron en la Secretaría de Energía.
El mercado de buques regasificadores se volvió más demandante desde que Rusia dejó de ser un país confiable para el resto de Europa, y los países debieron reemplazar el gas ruso por barcos de GNL provenientes de Estados Unidos, Noruega, Argelia y Qatar. Para transportar el gas, se debe enfriar las moléculas a 161º bajo cero para convertirlo en estado líquido, en un proceso que se llama licuefacción. Luego se hace el proceso inversor para volver a convertirlas a estado gaseoso.
Por eso, la licitación para contratar el segundo buque no debería extenderse mucho en el tiempo, ya que la demanda de barcos se mantendrá alta el próximo año. De hecho, el buque de Excelerate que estuvo en la Argentina en el invierno pasado fue contratado por Finlandia para operar allá durante los próximos 10 años. Sin embargo, en la empresa estadounidense indicaron que el país es un mercado estratégico, donde están hacen más 15 años, y que se buscarán opciones alternativas. La compañía tiene en total 10 buques regasificadores.
Este año, Energía Argentina adjudicó en total 38 buques por un total de US$2769 millones. En el invierno de 2021, la empresa estatal compró 51 buques de GNL por un costo total de US$1100 millones, pero a precios promedio del gas de US$8,33 el millón de BTU, menores a los US$27 millones que pagó este año, y que se espera para 2023.
(LaNacion)