Los cinco candidatos que aspiran a la Presidencia protagonizaron este domingo en Santiago del Estero el primer debate obligatorio y público, que se tensó con la discusión económica, incluyó críticas a la factibilidad de algunas medidas propias del ideario de Javier Milei y reflejó posturas antagónicas en materia de derechos humanos.
En el primer tramo del debate, Milei (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Myriam Bregman (Frente de Izquierda) y Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) se focalizaron en las críticas a la gestión económica del oficialismo, mientras que Massa (Unión por la Patria) aprovechó la centralidad para remarcar que, desde su función, se hizo “cargo de la crisis cuando muchos se metían debajo de la cama”
También, ante una pregunta de Milei, ratificó su vocación “dialoguista” y su aspiración a convocar a “un gobierno de unidad nacional, donde estén los mejores del radicalismo, del PRO o incluso del partido” de La Libertad Avanza “sin miedo al diálogo y a las diferencias”.
Con todo, su presentación estuvo apoyada principalmente en propuestas: anunció que envió al Congreso un proyecto de ley para subir de 6 a 8 puntos del PBI la inversión mínima en educación, con objetivos como “la construcción de 731 centros de desarrollo infantil y jardines de infantes; un plan de alfabetización de primer a tercer grado; a incorporación de robótica, programación e inteligencia artificial como materias en cuarto y quinto año y la duplicación de escuelas técnicas”.
En general, los candidatos repitieron sus principales consignas y cumplieron, más allá de los numerosos contrapuntos, con la regla de no incurrir en “ataques personales”.
Con una renovada postura moderada, Milei apeló a sus eslogans y promesas de campaña: aseguró que si llega a la Presidencia, los argentinos podrán tener “en 15 años los niveles de vida de Italia y Francia, en 20 años los de Alemania y en 25, los de Estados Unidos”, consideró “chantas” a los asesores económicos de Bullrich, centró sus críticas en la emisión monetaria, reeditó su postura “negacionista” de la represión en Argentina, pidió perdón por sus agravios al Papa Francisco y admitió que el dirigente Luis Barrionuevo también es parte de la “casta” sindical.
Bregman hizo gala de un discurso efectista para desmarcarse del resto de los contrincantes, ratificó las banderas históricas de la izquierda y apuntó dardos hacia los otros cuatro adversarios, pero eligió la mayoría de las pulseadas -en los tramos de “derecho a réplica” o en el segmento de preguntas individuales- con Milei, al que definió como “un gatito mimoso del poder económico” y con Bullrich, a quien cuestionó por su “política de represión”, a la que hizo responsable de las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel
Con una retórica pausada, Bullrich prometió el “cambio” frente a una “Argentina arrasada”, le pidió a Massa que se haga cargo del Presupuesto con déficit, pero no hizo mención a la deuda con el FMI contraída por Cambiemos, hoy Juntos por el Cambio.
Buscó pulsear con el candidato libertario, en la disputa por los votos más conservadores del electorado, y le advirtió que los únicos tres países que no tienen un Banco Central son “paraísos fiscales”.
Fuente: Telam.