La Lic. en Economía, docente universitaria e investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIESS), Lucía Díaz, participó el pasado sábado del taller de acuerdos en el marco del diseño del nuevo Código de Planeamiento Urbano.
“Fui con pocas expectativas porque no se entendían los objetivos, pero cuando vi la cantidad de gente y cuando plantearon las tareas a realizar durante la jornada me pareció un importante primer paso para empezar a diseñar y armar un nuevo código que está desactualizado; el último data de hace 40 años”, admitió la profesional.
Sobre la situación actual de Bahía Blanca en materia de desarrollo urbano, esta mañana en diálogo con Radio Altos afirmó que el mercado del suelo está altamente concentrado y que es necesario empezar a discutir cómo lograr una movilización de la tierra.
“Hay suelos e inmuebles ociosos, vacíos, que se van valorizando a lo largo del tiempo y el Estado tiene potestad para captar una parte de esas valorizaciones”, enfatizó.
Aclaró que desde el Municipio en los últimos años se ha hecho muy poco en ese sentido, pese que cuenta con herramientas para captar esas valorizaciones.
A la concentración de tierra se le suma, remarcó, la gran cantidad de tierra ociosa que sigue en manos de Nación, en particular, las 600 hectáreas en los alrededores de las vías del ferrocarril.
“El Municipio a lo largo de las gestiones no ha podido hacerse de esas tierras. No se debe perder la lucha de seguir reclamando. Hablamos de un terreno que quedó en medio de la mancha urbana”, subrayó.
Indicó que sobre este tema se dialogó “muy por arriba” en la jornada del pasado sábado en el Palacio comunal, ya que no fue uno de los puntos centrales del debate.
Sobre la expansión de la ciudad y los desarrollos urbanísticos que se han concretado en los últimos años, aseveró que al no contar la ciudad con un Código de Planeamiento actualizado, se avanzó en excepciones y “grandes capitales siguieron invirtiendo y haciendo sus negocios solo por especulación urbana”.
“Si no hay control, multas, penalizaciones, tasas o impuestos, actores urbanos irán edificando donde y como quieran”, advirtió.
En cuanto a las viviendas ociosas y cuáles son las herramientas que tiene la Municipalidad para propiciar la ocupación de esos inmuebles, mencionó proyectos que se han implementado de manera exitosa en países de América Latina como Brasil y Colombia. Esas iniciativas plantean, por ejemplo, que dueños de edificios que se encuentran deshabitados destinen algún piso o todo el edificio a alquileres sociales en el marco de convenios con los municipios.
“Alquiler social y más impuestos para viviendas ociosas son herramientas que pueden ayudar a lograr una mayor movilidad o a que no sigan avanzando los barrios informales”, enumeró, por último.
Fuente: Frente a Cano.