La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) envió el proyecto de ley por el cual se modifica el proceso de pasaje del régimen de monotributo al de responsable inscripto. Pero, además, establece la forma en que se ajustarán las escalas del régimen simplificado.
El proyecto denominado Régimen Voluntario de Promoción Tributaria del Régimen General establece, en su artículo 15 establece el modelo por el cual se actualizarán las escalas. Según el texto de la norma “a los fines dispuestos en el artículo 52 del Anexo de la Ley N° 24.977, sus modificaciones y complementarias, para la actualización que debe efectuarse en el mes de enero de 2021, se considerará, con efectos a partir del 1° de enero de 2021, la variación del haber mínimo garantizado por el artículo 125 de la Ley Nacional del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones N° 24.241 y sus modificaciones y normas complementarias correspondiente al año calendario completo finalizado el 31 de diciembre de 2020″.
Según esto, la actualización de las escalas para este año, que se realizará una vez que esté aprobado el proyecto de ley, será en línea con las jubilaciones mínimas que aumentaron por decreto durante el año pasado y lo hicieron en el orden del 35,3% para el 2020. Ese mismo porcentaje es el que se aplicará a cada escala.
“Hasta ahora, en enero, no se ajusta las escalas y puede ser que haya gente que quede fuera del monotributo sólo por inflación porque el salto es muy caro y entonces esta falta de ajuste genera un inconveniente que se busca solucionar con este proyecto en donde ajusta a un valor cercano a la inflación que es más razonable que aplicar el índice de movilidad jubilatoria y se solucionaría ese problema permitiendo que se mantenga en el monotributo quien esté facturando, en términos reales, lo mismo que el año pasado. Todos los valores ahora se van a actualizar, una vez que se apruebe, por ese coeficiente: Ingresos Brutos, todo lo que se facturó, alquileres, el precio unitario máximo que se aplica en las cosas muebles, el impuesto integrado. No a la energía eléctrica o metros cuadrados porque es un monto fijo”, explicó a Infobae el tributarista Sebastian Domínguez.
Ahora, una vez que comience el proceso de debate legislativo por las comisiones y a la espera de que sea aprobado el sistema mantendrá los mismo valores que en el 2020. Pero, cuando se apruebe se modificará el tope de ingresos anuales, las cuotas mensuales con los componentes tributario y del sistema previsional. “No vamos a tener que esperar hasta julio -que es el segundo llamado de recategorización del año, sino que se hará apenas salga la ley”, explicaron fuentes cercanas a Mercedes Marcó del Pont.
Con el nuevo esquema de ajuste las categorías del monotruibuto para el 2021 quedarían de la siguiente manera:
Categoría A: el tope de facturación se establecerá en $ 282.424,21. Para los que tengan una prestación de servicio la cuota ajustará a $ 2646,04 mientras que los que se dediquen a la venta de bienes quedará en 2646,04 pesos.
Categoría B: en este caso el tope queda en $ 423.636,30 y las cuotas pasan a $ 2958,74 y $ 2958,74 para servicio y bienes respectivamente.
Categoría C: el tope anual será de $ 564.848,42 y las cuotas quedarán en $ 3382,38 para servicios y $ 3325,20 para la venta de bienes
Categoría D: tendrá un límite de facturación de $ 847.272,66 con cuotas de $ 3988,56 y $ 3894,43 para servicios y bienes.
Categoría E:1.129.696,82 pesos será el máximo a facturar con cuotas de $ 5239,06 en el esquema de venta de servicios y $ 4711,20 de bienes
Categoría F: En este caso llega hasta $ 1.412.121,05 de facturación y cuotas para servicios de $ 6271,01 y de $ 5416,99 para bienes.
Categoría G: El techo de facturación anual será de $ 1.694.545,27 con cuotas de $ 7314,35 y $ 6167,80 (servicio y bienes).
Categoría H: La última categoría de este segmento quedará con un límite de facturación de $ 2.353.535,10 con una cuota mensual de $ 12.788,46 para los proveedores de servicios y de $ 10.670,31 para los de venta de bienes.
Las últimas tres escalas del sistema están reservadas para los que venden bienes, que son la Categoría I, J y K. Para la primera, de aplicarse el ajuste de 35,3% el tipo de facturación para el 2021 será de $ 2.765.403,75 y esto se traducirá en una cuota mensual de 15.338,57 pesos. Para la segunda el techo será de $ 3.177.272,39 y la cuota de $ 17.615,83 y por última, para la más alta, el techo quedaría en $ 3.530.302,65 y la cuota para el monotributistas categoría K en poco menos de veinte mil pesos: $ 19.911.
El salario mínimo cayó 28% en el año como consecuencia de la fuerte suba de la inflación y el alza de tarifas, según un estudio elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
El trabajo indica, además, que en términos reales, el salario mínimo se ubica en valores inferiores al del 2001. Desde noviembre de 2023 hasta octubre de 2024 el salario mínimo real acumuló una caída de 28%.
La tendencia decreciente previa, conjuntamente con la fuerte contracción de estos meses, ubica al salario mínimo en términos reales en un valor inferior al de 2001, antes del colapso de la convertibilidad.Asimismo, implica una erosión de casi 60% respecto del valor máximo de la serie, en septiembre de 2011.
El informe titulado “Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones”, indica también que el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) mostró un nuevo deterioro durante octubre (-1,3%).
Consignó que esta evolución es la continuación de un proceso más extenso de merma del valor real del salario mínimo que se había iniciado en diciembre de 2023, cuando se contrajo 15% de la mano de la aceleración inflacionaria, seguido por una caída aún mayor, del 17%, en enero de este año.
Esta tendencia se interrumpió momentáneamente en los meses siguientes, período durante el cual el incremento nominal acompañó la inflación por lo cual no se observaron reducciones adicionales. En junio se produjo una nueva caída (-4,4%), seguida por cierta recuperación en julio (4,3%) y por reducciones consecutivas en los tres meses siguientes.
El presidente Javier Milei se reunió con su par de China, Xi Jinping, en el marco de la Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro. El mandatario nacional tuvo su primer encuentro bilateral con el presidente chino, en medio de la negociación por los swaps.
En menos de cinco días, Milei pasó de formar parte de la exclusiva gala celebratoria del triunfo de Donald Trump en Palm Beach a encontrarse mano a mano con Xi Jinping, el otro polo de la principal guerra comercial del mundo.
En las últimas semanas, tanto Milei como su hermana, Karina, comenzaron a mostrar interés en viajar a Pekín. Ahora, es probable que esas misiones se hagan: el encuentro bilateral de algún modo se anticipó con la cita que los reúne a ambos en Río de Janeiro por el G20.
La economía y la intención de abrir mercados fue la clave en el cambio retórico del Presidente. La decisión china de renovar el swap de monedas (vigente hasta 2026), las compras de soja argentina y el posible nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son las razones que lo llevaron a Milei a protagonizar el giro pragmático.
En este sentido, hace pocos días el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo -que ahora está en Río de Janeiro junto al ministro de Economía, Luis Caputo– visitó China y mantuvo encuentros con autoridades gubernamentales e inversores. Allí, el funcionario le acercó a los asiáticos los beneficios del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para las empresas chinas.
China, por su parte, pretende reanudar las negociaciones para avanzar con la construcción de dos represas en Santa Cruz que están paralizadas desde hace casi un año. Las empresas encargadas de la obra (Gezhouba, Eling e Hidrocuyo) argumentan que la parálisis obedece a la falta de financiamiento, que depende del acuerdo entre el Gobierno y China.
En un contexto económico marcado por una inflación, el equipo económico, liderado por Luis “Toto” Caputo, recibió una noticia alentadora: el índice de precios al consumidor (IPC) de octubre registró un descenso al 2,7%, quebrando la barrera psicológica del 3% mensual.
Este dato superó las expectativas tanto del Gobierno como de analistas internacionales como JP Morgan, que rápidamente recalibraron sus proyecciones para el cierre de 2024 y el año 2025.
Un informe del banco, elaborado por los economistas Lucila Barbeito y Diego Pereira, destacó que la inflación de octubre estuvo incluso por debajo de sus propias proyecciones, que anticipaban un 2,9%, mientras que el mercado esperaba en promedio un 3%.
Este resultado también reflejó una desaceleración respecto al mes anterior, cuando la inflación mensual alcanzó el 3,5%, convirtiéndose en la cifra más baja desde noviembre de 2021.
Este descenso fue impulsado en gran medida por una moderación en los precios de los alimentos y en los precios regulados.
Ajustando por estacionalidad, el banco estadounidense calculó un IPC general nacional del 3,3% mensual, cifra que, aunque aún superior al 3%, representa una desaceleración significativa respecto al promedio de los últimos tres meses (4,2%). En términos anualizados ajustados por estacionalidad, la inflación de los últimos tres meses se desaceleró a un ritmo del 55%.
Sin embargo, el análisis de JP Morgan no es completamente optimista. El banco subrayó que, a pesar de la desaceleración en la inflación general, la inflación subyacente (excluyendo alimentos) se mantuvo en niveles altos, ubicándose en un 3,5% mensual tras haber registrado un 3,6% el mes anterior.
A nivel anual, la inflación subyacente ajustada por estacionalidad se sitúa en un 60%, reflejando que aún existen desafíos en el proceso de estabilización de precios en Argentina.