En un contexto económico marcado por una inflación, el equipo económico, liderado por Luis “Toto” Caputo, recibió una noticia alentadora: el índice de precios al consumidor (IPC) de octubre registró un descenso al 2,7%, quebrando la barrera psicológica del 3% mensual.
Este dato superó las expectativas tanto del Gobierno como de analistas internacionales como JP Morgan, que rápidamente recalibraron sus proyecciones para el cierre de 2024 y el año 2025.
Un informe del banco, elaborado por los economistas Lucila Barbeito y Diego Pereira, destacó que la inflación de octubre estuvo incluso por debajo de sus propias proyecciones, que anticipaban un 2,9%, mientras que el mercado esperaba en promedio un 3%.
Este resultado también reflejó una desaceleración respecto al mes anterior, cuando la inflación mensual alcanzó el 3,5%, convirtiéndose en la cifra más baja desde noviembre de 2021.
Este descenso fue impulsado en gran medida por una moderación en los precios de los alimentos y en los precios regulados.
Ajustando por estacionalidad, el banco estadounidense calculó un IPC general nacional del 3,3% mensual, cifra que, aunque aún superior al 3%, representa una desaceleración significativa respecto al promedio de los últimos tres meses (4,2%). En términos anualizados ajustados por estacionalidad, la inflación de los últimos tres meses se desaceleró a un ritmo del 55%.
Sin embargo, el análisis de JP Morgan no es completamente optimista. El banco subrayó que, a pesar de la desaceleración en la inflación general, la inflación subyacente (excluyendo alimentos) se mantuvo en niveles altos, ubicándose en un 3,5% mensual tras haber registrado un 3,6% el mes anterior.
A nivel anual, la inflación subyacente ajustada por estacionalidad se sitúa en un 60%, reflejando que aún existen desafíos en el proceso de estabilización de precios en Argentina.