Hace tiempo que la municipalidad tiene en mente potenciar sectores de la ciudad que permitan generar “nuevas centralidades”, intervenir en sitios puntuales de determinados barrios para que comiencen a tener o refuercen sus características de centro, con su propia y atractiva área comercial, social, de entretenimiento y gastronómica.
Andrés Alcalá y Bárbara Zamora, especialistas en urbanismo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), mencionan en un estudio específico sobre este tipo de usos, que las centralidades urbanas se utilizan para “consolidar, ordenar y fortalecer nuevos centros”, a los cuales definen como “espacios multifuncionales y autosuficientes, que buscan balancear la distribución de equipamientos, empleo, vivienda y reducir los costos de desplazamiento”.
Para llevar adelante este sistema es necesario fortalecer la planificación de los barrios, mejorar el transporte urbano y desarrollar un urbanismo táctico, que fortalezcan la decisión de descentralizar las actividades cotidianas de los habitantes.
En esa búsqueda, la comuna ha comenzado por contratar a un grupo de arquitectos para analizar la situación de uno de los barrios más tradicionales de la ciudad: Villa Mitre, un lugar que de alguna manera ya cuenta con un centro propio, consolidado de manera natural a partir de su organización, sus propuestas y el enorme apego de sus habitantes.
Características similares pueden encontrarse en el barrio Noroeste, Villa Rosas o Ingeniero White, por nombrar otros sectores de la ciudad.
La idea
En julio de este año, el Departamento Ejecutivo municipal contrató, a solicitud de la Dirección de Planificación Urbana, tres arquitectos “para proyectar la intervención del centro de Villa Mitre”, quienes desarrollaron su tarea en agosto y septiembre, generando un informe de situación, con diagnóstico, propuestas y sugerencias para consolidar ese sitio.
Desde el área de comunicación del municipio decidieron aguardar para dar a conocer el resultado final del trabajo y las intervenciones sugeridas en el estudio.
Lo que sí puede adelantarse, según se publica en el Boletín Oficial del municipio, es que la tarea realizada apuntó a proyectar dicha intervención “a través de la puesta en valor del sector, con acciones de mantención, renovación y refacción”, buscando otorgarle al barrio “una impronta más sólida, más allá de las fronteras ficticias de su espacio barrial y de la ciudad en su totalidad, generando una vinculación con otros sectores de Bahía Blanca, como los parques Independencia y Boronat, revitalizando el lugar mediante la creación de espacios de esparcimiento, encuentro e interacción”.
En el caso de Villa Mitre en particular, el estudio realizado incluyó un análisis del entubado del arroyo Napostá, en tramos hoy semiabandonados y sin uso pero con un enorme potencial para adquirir características de paseo.
No hay que olvidar que el Paseo de las Esculturas –entre calles Casanova y Sarmiento—se generó precisamente sobre parte del entubado y es uno de los lugares más concurridos de la ciudad.
También se consideró la posibilidad de intervenir en calle Garibaldi, la principal del barrio, contemplando su semipeatonalización y mejoramiento de equipamiento, y consolidar y poner en valor un espacio mítico como es el de las cinco esquinas.
Además, se apunta a mejorar la conexión entre los paseos Boronat y el parque Independencia a través de bicisendas que los conecten con la plaza principal de Villa Mitre.
Todas y cada una de estas intervenciones apuntan a que cada barrio sea de alguna manera autosuficiente, exija menos concurrencia al centro de la ciudad y vaya potenciando centralidades que incluso convoquen a vecinos de otros barrios.
La República, esa pertenencia
Entre 1876 y 1888, el barrio de la Boca, en Buenos Aires, se declaró República Independiente. Un conflicto laboral dio pie a que un grupo de genoveses allí radicados tomaran esa decisión y hasta notificaron al Rey de Italia de la decisión.
Ese movimiento “independentista”, que tuvo su propia bandera, albiceleste, un escudo con la cruz blanca de los Savoia y un gorro frigio, no logró su cometido, pero reforzó la identidad y mística del lugar.
Villa Mitre nunca llegó a tanto, aunque hubo algún proyecto de ordenanza insinuó darle un carácter distintivo dentro de la ciudad. El docente y escritor Mario Ortiz señala que “el nombre que lo identifica –Villa Mitre– connota una “marca registrada” de un “orgullo identitario tan fuerte que lo lleva a jugar con la idea de ser una ciudad independiente de Bahía Blanca”
“No deja de resultar significativo que las propias autoridades municipales reconocen esto con afectuosidad. En 2006, por caso, el Concejo Deliberante, adhirió al centenario del barrio diciendo que Villa Mitre (…) era un barrio distinto, en el cual “sus habitantes resultan poseedores de una identidad y amor tan singular por su territorio, que no tienen pudor alguno a referirse a él como La Ciudad de Villa Mitre”.
Reforzar su centralidad es entonces dar soporte a esa idea, en sentido urbano y operativo, sostenido de manera natural a partir del corazón de sus habitantes y de un sentimiento de pertenencia único.
El canto de varios
A pocos barrios de la ciudad se le ha escrito quizá como a Villa Mitre. Estas son algunas de esas referencias.
–“Te doy Bahía Blanca mi zamba nocturna/Y a mi Villa Mitre le quiero cantar,/Al puente Rosario, mi vieja escuelita/Y hasta al caminito que va a al tajamar…” (Los Visconti)
–“Nací y me crié en Villa Mitre, y eso no se olvida más, me quedó marcado para siempre”. (Ángel Cappa, periodista, ex jugador de fútbol y DT).
–“Dicen que hay un barrio más allá de las vías, en el que el verano es más largo y en sus tormentas llueve más. Dicen que en sus talleres las fosas son más profundas y que de un baldío nace un cañaveral”. (Luciano Lorenzetti).
–“República de Villa Mitre,/historias, leyendas, malevos,/poetas y un maestro apóstol,/figura de Vicente Otero./Barriada popular, quimera,/recuerdos del ayer, eternos:/¡Gallucci gambeteando fiero,/fervores alcanzando el cielo!” (Villa Mitre. Tango. Grossi-Giorlandini)
(LaNueva)