El III Festival de Tango en el Puerto de Bahía Blanca ha sido una celebración inolvidable, donde los acordes apasionados y los pasos de baile han llenado el aire de magia. Con actuaciones cautivadoras y la energía contagiosa de los amantes del tango, este evento ha sido un homenaje vibrante a una de las expresiones más apasionadas de la cultura argentin
Con un concurrido público, Gustavo Rodríguez y Laura Borelli bautizaron el escenario con una exquisita coreografía seguida de una clase de milonga para principiantes y tandas milongueras para los más avezados. Asimismo, los elegantes bailarines tuvieron intervenciones de danza durante la jornada entre los números musicales.
La primera cantante de la tarde en presentarse fue Daialina (Daiana Redolfi) que sorprendió a los presentes con un repertorio de la época dorada del tango, pero poco transitado.
Luego, la voz de Santiago Pérez agregó piezas arrabaleras, con el plus de algún recitado introductorio; seguido de Andrea Bohn, vecina de Ingeniero White que compartió un pasional repertorio.
Luego fue el turno del debut escénico de Barullo Trío integrado por las hermanas Sofía y Lucía Pagella (voz y bandoneón respectivamente) y Miranda Clavarino (guitarra). Este trío con aroma de mujer sorprendió gratamente a la platea con tangos de todos los tiempos: “De mi barrio” (Roberto Goyheneche, 1923), “Yuyo verde” (Homero Expósito y Domingo Federico, 1944) y Recalada (Alejandro Szwarcman, Néstor Basurto y Raúl Luzzi, 2010).
El siguiente cantante en presentarse fue el joven Gianluca Pezzutti, oriundo de Mayor Buratovich, que cautivó al público con sus palabras e interpretaciones.
Clásicos del género se escucharon en la voz de Cecilia Loréfice y del Coro Santa Cecilia dirigido por Hugo Mazzucco que ofreció interesantísimos arreglos de tangos populares.
La siguiente vocalista en presentarse fue la whitense Rosana Soler con tres décadas de trayectoria en los escenarios, dueña de una voz profunda, dulce y a la vez dramática que fue acompañada por la guitarra de Nicolás Fernández Vicente.
Seguidamente, el turno fue de la dupla vocal de Gaby “La voz sensual del tango” y Homero Bimbo quienes alternaron obras a dos voces con interpretaciones solistas acompañados por la pianista de Gisela Grégori. Clásicos como “El último café”, “Naranjo en flor”, “Los cosos de al lao” o “Quedémonos aquí”.
Además, se entregaron distinciones a la trayectoria a Juan Carlos Mandará, Pedro Giorlandini, Víctor Úngaro y Hugo Mazzucco, quien agradeció profundamente a una ciudad que lo encontró sin lugar donde dormir la primera noche cuando llegó con su hermano de La Pampa, su provincia natal, y ahora lo encontraba en plena actividad, con proyectos y el reconocimiento de su gente.
La siguiente artista en deleitar al público fue Silvana Lorena, quien hizo gala de sus 40 años de trayectoria con un despliegue escénico impecable.
Tras toda una tarde de exhibición de numismática y arte de fileteado porteño, se sorteó entre los presentes una obra realizada por Sergio Grasso con la leyenda “Puerto Tango”.
Siguieron sumándose estrellas al escenario, Nora Roca y Víctor Volpe derrocharon profesionalismo y buen gusto con clásicos de Cátulo Castillo, Aníbal Troilo, Enrique Cadícamo y obras de Eladia Blázquez, Ástor Piazzolla, Chico Novarro y Rubén Juárez, entre otros.
El cierre estuvo a cargo de Bahía Blanca Tango; Víctor Volpe en piano, Francisco Vitali en bandoneón y Jorge Vignales en contrabajo y dirección junto al cantante Pablo Gibelli realizaron una selección de entusiastas obras que sirvieron para contrarrestar el frío y el fuerte viento que arreciaba a orillas del mar.