*Por Andrés De Leo, senador de Juntos
El rol del Estado, su financiamiento a través de los Impuestos y la Política Monetaria vienen siendo objeto de debate en Argentina.
Verdades reveladas, frases repetidas y conclusiones de contexto abundan, pero casi nunca se aportan datos para sustentar tales afirmaciones. Entonces, veamos algunos que pueden ser útiles para un análisis más serio y profundo que el que nos marca la agenda pública.
- ¿Es Argentina el país con mayor presión tributaria del mundo?
No. Si bien existen algunas dificultades técnicas a la hora de comparar la presión tributaria entre países, de acuerdo con el último informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollos Económicos (OCDE), en 2020 Argentina ocupa el puesto 43 con un 29,4% de presión tributaria sobre su Producto Interno Bruto (P.B.I.), ranking que lidera Dinamarca con 46,5 %. Algunos otros países con mayor presión tributaria que el nuestro son Francia, Bélgica, Italia, los países nórdicos, Alemania, España, el Reino Unido y Canadá. En Latinoamérica tanto Cuba como Brasil se encuentran por encima de Argentina.
2. ¿Por qué existe la percepción que en Argentina existe una presión impositiva demasiado alta?
Son varias las razones que explican esta percepción. Probablemente la principal sea que en los últimos 30 años Argentina es el país donde más crecieron los impuestos en el mundo. A fines de la década del 80 nuestro país contaba con una deficiente estructura administrativa recaudatoria en lo nacional, provincial y municipal, permeable a la evasión impositiva. En 1990 la presión impositiva era de 13,3 % sobre el P.B.I. mientras que en los países nórdicos promediaba el 41,5%. El Reino Unido era del 32,9%, Brasil el 27,8% y España el 31,5%. La Argentina pasó de 13,3 % en 1990 al 18,7 % en 2001, 31,15 % en 2015, 28,2 % en 2019 y 29,4 % en 2020, último dato.
También debe tenerse en cuenta otro elemento fundamental. Para observarlo hay que distinguir: por un lado, la Presión Impositiva Efectiva, que es la que se paga efectivamente,y por otro, la Presión Impositiva Legal, que es la que establecen las leyes. Allí deben tenerse en cuenta los niveles de evasión.
La evidente mejoría en las últimas décadas del sistema recaudatorio ha reducido la brecha entre ambos parámetros pero aún se mantiene muy elevada, comparada con los países desarrollados. La presión tributaria legal en Argentina es muy elevada e incumplible para millones de contribuyentes, especialmente para Pymes y contribuyentes independientes.
3. ¿Cuántos impuestos hay en la Argentina?
De acuerdo con el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (I.A.R.A.F.),en la Argentina se perciben 165 tributos sumando los nacionales, provinciales y municipales. Aquí también cabe considerar que en este agrupamiento se suman Impuestos, Derechos Aduaneros, Contribuciones a la Seguridad Social, Tasas y Contribuciones. No todos son técnicamente impuestos, pero a la hora del análisis es correcto considerarlos como similares.
Ahora bien. ¿Son muchos? ¿Es una cantidad razonable? ¿Son pocos?
Los sistemas tributarios deben cumplir con dos requisitos: ser eficientes y equitativos; es decir que deben lograr una mayor recaudación con una base progresiva, donde paguen más las personas de mayor ingreso y mayor capital. Y eso es de imposible cumplimiento con un régimen simplificado.
La doctrina es unánime en que se debe contar con un sistema de recaudación múltiple para gravar las distintas fuentes de ingresos y riqueza. Sin embargo, ese principio no se cumple en Argentina cuando se analiza la eficiencia y la equidad. Por el contrario, nuestro país se encuentra plagado de tributos regresivos, distorsivos, ineficientes y burocráticos que generar enormes trabas a Pymes y contribuyentes autónomos, obligando a contratación de profesionales para liquidación de impuestos complejos y de difícil comprensión.
4. ¿Es eficiente el Sistema Tributario Argentino?
No. Y es un no rotundo. Lo dicho anteriormente. Hay una gran brecha entre lo que determinan las leyes y lo que efectivamente ingresa al fisco. Y es injusto adjudicar la evasión solamente a la conducta de los contribuyentes o a la ineficiencia del ente recaudador. La principal razón es el diseño tributario complejo e incumplible para las pequeñas empresas, emprendedores y contribuyentes independientes.
Veamos: De los 165 tributos, 8 de ellos concentran el 82% de la recaudación, y con apenas 4 más, se llega al 91 %.
Queda claro: la mayoría de los demás tributos resultan una maraña que no colabora con la recaudación y que pone trabas burocráticas al sector privado
5. ¿Es equitativo el Sistema Tributario Argentino?
Otro rotundo NO. En los países con mayor equidad tributaria, el mayor peso de su recaudación descansa en los impuestos que gravan los ingresos (ganancias) y la riqueza (impuestos patrimoniales). En Argentina ocurre lo contrario; abundan impuestos regresivos (al consumo) y distorsivos (Ingresos Brutos, Impuesto a las transacciones financieras, etc.). Las implicancias son claras. Los impuestos regresivos son aquellos que no tienen en cuenta la capacidad tributaria de los contribuyentes. El I.V.A. es el mejor ejemplo que grava a los consumidores, y por ende, los ciudadanos de menores ingresos son quienes más lo padecen. Si Argentina se encuentra en el lugar 43 de países con mayor presión tributaria, en el caso de los impuestos al consumo se encuentra en el 6to lugar, sólo superado por Cuba, Hungría, Jamaica, Belice y Bulgaria. Queda claro el peso de los impuestos sobre la clase media y los sectores empobrecidos de nuestro país es excesivamente alta e injusta
6. ¿La inflación es un impuesto?
Si. Cuando el Estado emite dinero, la moneda tiene un valor (poder adquisitivo) mayor al que termina en mano de los ciudadanos con el transcurrir del tiempo. Es un mecanismo nocivo de recaudación que erosiona la confianza en la moneda y destruye la base de la economía. Argentina estuvo en el 4to lugar de inflación internanual, debajo de Venezuela, Líbano y Turquía…En 2022 “viene mejorando” a un 2do lugar, detrás de Turquía (Si estimado lector, superamos a Venezuela).
7. Gasto Público e Impuestos y un denominador común: la desigualdad
Argentina no es el país con mayor presión tributaria ni tampoco quien tiene mayor gasto público (se encuentra en el puesto 62 en relación a su P.B.I.). Pero al igual que en los impuestos, hay un gran componente de gasto ineficiente e inequitativo. El aumento de la pobreza estructural es elocuente. La inflación y la política monetaria agravan la situación, pero es imprescindible realizar una profunda transformación en materia de ingresos y gastos para generar producción, empleo y reducir los alarmantes índices de desigualdad que se profundizaron en las últimas décadas.
(LaBrujula)