Paula Bobbiesi, directora del hogar convivencial especializado Rincón de Nuestros Sueños, expuso esta mañana en Radio Altos la situación crítica que atraviesa la institución que actualmente alberga a seis menores de edad. Y reclamó mayor respuesta por parte del gobierno municipal.
Contó que se trata del único hogar convivencial que es sostenido por una asociación civil. Si bien reciben becas provinciales y un subsidio mensual del Municipio de $650.000, la mayor parte de los fondos que necesitan para funcionar llegan de la mano de aportes privados. Pero en medio del contexto económico complejo, esa ayuda mermó significativamente.
“Se llegó a un punto crítico y las becas municipales y provinciales se actualizaron muy poco. Tenemos que solventar un montón de gastos, desde alquiler hasta alimentos y sueldos, todo de ese dinero”, enumeró.
Los menores que reciben en el inmueble ubicado en Villarino 860 son aquellos que por diversos motivos no pueden ser contenidos por sus familias y sus casos fueron judicializados. La mayoría son casos complejos y bajo tutela del asesor de incapaces.
Además de los problemas económicos, planteó que las y los menores que asisten requieren de un abordaje terapéutico presente y continuo que se les hace muy difícil conseguir. Y eso, alertó, provoca frustraciones entre las y los jóvenes y genera episodios de violencia.
Por ejemplo, mencionó pedidos de revinculación con sus familias que no tienen respuesta durante un año. “Entonces la frustración la descargan en el hogar, con los otros chicos, con las cuidadoras, llegando a situaciones violentas”, aseveró.
Manifestó que frente a ese tipo de episodios violentos no están obteniendo las repuestas necesarias por parte de las guardias de niñez de la Municipalidad. “A veces llamamos porque tenemos un chico rompiendo cosas dentro de la casa o golpeando a una cuidadora y nos dicen que eso no es una crisis”, se quejó.
La situación más grave, señaló, se generó con una cuidadora que estaba embarazada y tras una situación violenta perdió su embarazo. Algo similar, agregó, había ocurrido con una acompañante terapéutica.
“Son reclamos que venimos canalizando por las vías burocráticas formales y que ahora queremos hacerlos visibles para toda la comunidad. Las situaciones que se viven en los hogares muchas veces quedan un poco resguardadas para proteger a los menores, pero el problema no son los chicos sino la capacidad de darles respuestas”, enfatizó.
De cara al festejo de Navidad lanzaron una campaña solidaria, además de seguir vigente la campaña de socios y socias
Fuente: Frete al Cano.