La oposición de Diputados tiene preparado el dictamen del proyecto de boleta única que este martes comenzó a discutirse en un plenario de comisiones, con mayoría de expositores a favor. El modelo elegido imitará el utilizado en Córdoba, con fotos visibles de los primeros candidatos y la posibilidad de votar la lista completa.
Así lo definieron en una reunión referentes de todas las bancadas, con la presencia de Emilio Monzó y Silvia Lospennato (Juntos por el Cambio); Alejandro “Topo” Rodríguez y Florencio Randazzo (Interbloque Federal), entre otros.
Compartieron una simulación de las boletas para las primarias de la provincia de Buenos Aires, que en 2023 elegirá todas las categorías nacionales: presidente, senadores y diputados. Quienes pudieron verla aseguran que la papeleta es manipulable y se puede tomar con una mano.
Tiene la primera columna con el sello de los partidos o alianzas, con el cuadrado para votar lista completa marcando una cruz. En la categoría presidente se desprenden las opciones de cada agrupación, con fotos de las fórmulas.
Lo mismo en la de senadores, mientras que en las de diputados hay lugar para 5 nombres y sólo los primeros 2 con foto. Las provincias que votan un número mayor de escaños para la Cámara baja no podrán mostrarlos en las boletas y la ley obligaría a que las nóminas completas aparezcan pegadas en las paredes de las salas de votación.
El caso más emblemático, otra vez, es Buenos Aires, que elije 35 diputados en cada elección. “La gente va votar diferente y el Congreso va a tener una composición variada como nunca antes”, confió a LPO una de las diputadas que impulsa la ley. Creen que habrá fuerzas chicas que ganarán más bancas porque no le faltarán boletas.
Cada provincia seguirá con el sistema que prefiera para los cargos locales (gobernador, legisladores, intendentes y concejales), pero como la mayoría desdoblaría no habría necesidad de empalme. La excepción será Buenos Aires, que tiene simultaneidad por ley y si se implementa la boleta única en Nación el gobernador Axel Kicillof se encontraría ante el dilema de aplicarla u organizar la logística del sistema tradicional para su territorio. No le sería nada fácil.
Para esos casos, los diputados opositores que trabajan en la ley evalúan incorporar alguna aclaración sobre la posibilidad que las provincias tienen de separar las votaciones locales de las nacionales, aún si fueran simultáneas. De usarse la boleta única, por caso, podrían dividirlas por categorías, con una papeleta y una urna para cargos nacionales y otras para los locales. Es una facultad natural de las autonomías provinciales, pero que en el debate se olvida y los detractores de la boleta única la ignoran en sus críticas.
El primer proyecto de ley sobre boleta única fue presentado en 2008. En 2016 Diputados aprobó el sistema de boleta electrónica, pero el Senado lo cajoneó. En el Gobierno creen que la historia se repetirá y en Juntos confían en los oficialistas que se expresaron a favor de cambiar el sistema de votación y compensarían con lo justo a la nueva aliada que sumó Cristina Kirchner.
Uno de los que presentó un proyecto es el jujeño Guillermo Snopek, quien integra el bloque de Unidad Ciudadana y en su provincia es rival del gobernador Gerardo Morales. Monzó lo conoce por su etapa de diputados y pronto lo llamará. Supo que en su última elección no le fue fácil conseguir boletas.
El plenario de comisiones en Diputados se repetirá por 3 martes más. Empezó con voces a favor como la de Julia Pomares, jefa de asesores del Gobierno de la Ciudad y ex directora del Cippec. “La boleta única les asegura a los votantes que al momento de votar puedan tener todas las opciones. Y el mismo derecho a votar esté en un cuarto oscuro en Balvanera, Trelew o González Catán”.
Reapareció en Diputados el ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, quien en 2015 implementó la boleta única electrónica. “Esta reforma o cualquier reforma que se plantee debe entender de qué manera nosotros logramos amigar este sistema representativo, que está francamente en crisis. No es la única solución al problema. Pero es un avance”.
El ex secretario de Asuntos Políticos de Juntos Adrián Pérez recordó su intento de aprobar la boleta electrónica, como también el de unificar elecciones nacionales con provinciales. “En ese caso, lo mejor es dividir una boleta única para los cargos nacionales y otra para los cargos provinciales”.
Pérez recordó que en 2015 el entonces candidato a gobernador en la interna peronista Julián Domínguez “no tenía boletas en Vicente López a las 11 de la mañana”.
Alejandra Pericola, del Observatorio Electoral UBA, apuntó que en 2007, por los problemas para implementar el escrutinio la Cámara Nacional Electoral sugirió dejar atrás el sistema de boleta por partido.
El intendente de Rosario Pablo Javkin, autor de la ley de boleta única por categoría que funciona en Santa Fe desde 2011, rechazó haber promovido la farandulización, como se lo acusa.
“El fenómeno de la crisis de la representación política no tiene nada que ver con el medio de emisión del voto. Es otra discusión que tenemos que dar quienes hacemos política en relación a cómo logramos asegurarnos la representación popular”.
Carolina Tchintian, del Cippec, mostró en encuesta que en las provincias con nuevo sistema electoral la gente no quiere volver atrás. El político Andy Tow inició la ronda de defensores de la boleta por partido. “Las ofertas electorales multinivel fortalecen los partidos políticos”, señaló.
Dolores Gandulfo, de la COPPPAL (Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe) dijo no haber evidencia de las bondades de la boleta única y Facundo Cruz, de la UBA y UTDT, sostuvo que “las reformas políticas se suelen implementar cuando algo está saliendo mal o cuando se quiere mejorar algo. Actualmente no hay evidencia sistemática de que algo esté saliendo mal”.
(LPO)