El gobierno nacional por intermedio de la portavoz Gabriela Cerruti se despegó de los dichos de Matías Kulfas en su carta de renuncia, en la que apuntó duramente contra el kirchnerismo.
“El Gobierno Nacional rechaza las acusaciones vertidas por Matías Kulfas en su carta de renuncia y no comparte los conceptos sostenidos en ese sentido”, escribió en su cuenta de Twitter Cerruti.
Además, manifestó que “el presidente está convencido de la necesidad de seguir trabajando por la unidad de la coalición de gobierno, construyendo acuerdos en la diversidad y gobernando con plena transparencia en todas las áreas”.
Por su parte Alberto Fernández no se refirió directamente al tema pero sí compartió en su cuenta el mensaje de la portavoz de su gobierno.
La carta de Kulfas
Kulfas se vio obligado a dejar su cargo en el ministerio de Desarrollo Productivo luego de que lo acusaran de emitir mensajes en “off” a la prensa en contra de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y sus allegados.
Este lunes antes de irse, el ex ministro escribió una carta de 14 hojas en la que le agradeció al presidente “por haberme confiado la tarea de volver a poner en marcha políticas productivas, industriales y tecnológicas para la reactivación y el desarrollo del país” y arremetió duramente contra el sector kirchnerista del gobierno.
“Si algo cabe reprocharse respecto al contenido nacional de los insumos del gasoducto, eso debe atribuirse pura y exclusivamente a las características de la licitación realizada por la empresa IEASA, cuyos miembros, al igual que el equipo de la Secretaría de Energía, responden políticamente a la Sra. Vicepresidenta”, apuntó Kulfas.
En esa línea de criticas hacia el accionar de la ex presidenta señaló: “Huelga adicionar la injusta acusación que la Sra. Vicepresidenta le formulara al señalarle que usted tiene que ‘utilizar la lapicera’ para forzar un mayor contenido nacional cuando dichas decisiones fueran adoptadas por IEASA”.
Además sostuvo que se debe salir del “desquiciado sistema de subsidios a la energía que rige en nuestro país desde hace dos décadas, el cual tiene un enorme costo fiscal, es socialmente injusto, centralista, anti federal y pro rico. Como peronista me avergüenza cada día que pasa en el que el Estado argentino subsidia la energía de hogares acomodados de la ciudad de Buenos Aires o la zona norte del gran Buenos Aires, hogares que no necesitan, no solicitan ni valoran esos subsidios”, sentenció.