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Política Nacional

Alberto Fernández evalúa dividir en tres la agencia de inteligencia

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berto Fernández quiere dividir la Agencia Federal de Inteligencia ( AFI), donde unos tres mil agentes reconocidos y otros tantos inorgánicos quedan como herencia de la gestión del macrismo en el manejo del espionaje. Mezclados con seguimientos domésticos y otras trapisondas, el legado termina con una ristra de denuncias en los tribunales que hace restregarse las manos a los jueces federales que el macrismo intentó investigar por su patrimonio. Razones sobran para una reforma en el espionaje argentino. Pero a Alberto Fernández los frentes de conflicto se le reproducen como hongos después de la lluvia. Y recibió el consejo de postergar la separación de la AFI para más adelante, dejarlo para cuando tenga el timón asegurado. El debate se mantiene abierto.

La semana pasada dejó grabada a fuego la ascendencia de Cristina Kirchner sobre los planes gubernamentales de Fernández, ya sea desde la lectura geográfica del poder que significó que el presidente electo viajara a la casa de la vicepresidenta y no al revés, hasta las definiciones que se activaron tras el encuentro, como la extirpación de los obstáculos parlamentarios a través de la inmigración forzada del diputado Agustín Rossi y del senador Carlos Caserio. Va a ser así hasta el 10 de diciembre, se resignan en el equipo de Alberto Fernández en referencia a las imposiciones de Cristina Kirchner. El albertismo más entusiasta imagina que después, cuando Fernández tenga la lapicera en la mano, no habrá viajes del presidente al despacho de la vicepresidenta en el Senado. El anhelo es que la gestión acomode liderazgos, como los melones en el carro. Se verá.

Mientras tanto, en la fragua donde se forja el organigrama del próximo gobierno, las tareas están divididas: Gustavo Beliz propone, Juan Manuel Olmos ejecuta y Santiago Cafiero asiste. Como quedó en evidencia, el dispositivo final exige el examen de Cristina. De lo contrario, los nombres levitan sin destino en el limbo de los castigados. En los engranajes de ese mecanismo surgió el plan de dividir en tres partes la Agencia Federal de Inteligencia. El objetivo propuesto es limitar su poder y dotar de especificidad a sus funciones. De acuerdo con el borrador, la agencia actual se quedaría con la inteligencia en el extranjero, a la manera de las atribuciones que tiene la CIA norteamericana. Y los otros dos fragmentos pasarían a la órbita del Ministerio de Seguridad, uno encargado de la inteligencia sobre el narcotráfico y otro sobre la seguridad interior.

El plan encastra con el documento que Gustavo Beliz le pasó a Alberto Fernández, que crea un Consejo de Seguridad permanente, en paralelo al ministerio, y que aportaría desde afuera ideas y recomendaciones. El modelo del Consejo de Seguridad fue descartado por Estados Unidos tras los atentados del 11-S y reformulado por el esquema centralizado en torno a la poderosa Homeland Security. La Argentina se nutre de ideas del pasado.

El enfrentamiento con los espías tiene para Beliz un peso excepcional. Durante el gobierno de Néstor Kirchner, el entonces ministro del Interior apuntó a reformular el poder paralelo de Comodoro Py y se enfrentó con la trama oculta que en aquel momento controlaban el operador Javier Fernández y el espía Jaime Stiuso. La exhibición de la primera foto conocida de Stiuso en vivo por televisión terminó por desatar la crisis que expulsó a Beliz del gobierno de Néstor Kirchner y lo llevó a trajinar durante años los tribunales por una denuncia por violación a la ley de inteligencia. Las carpetas que Beliz le presenta a Alberto Fernández también esconden reivindicaciones personales.

De acuerdo con quienes lo frecuentan, Stiuso reconstruye la historia de otra manera. El espía retirado desdramatiza el enfrentamiento y argumenta que fue usado como excusa para arrebatarle el Ministerio de Justicia y entregarlo en manos de Horacio Rosatti, quien reemplazó a Beliz en el cargo.

Pero en los organigramas de la política, los nombres son significativos. Diego Gorgal aparece como el candidato para ocupar el ministerio de Seguridad. Todo indica que logró revertir la resistencia que generaba en Alberto Fernández en sus tiempos de jefe de Gabinete, cuando intentaron sin éxito llevarlo al Poder Ejecutivo. Gorgal se formó en política con el patrocinio del duhaldista Juan José Alvarez, luego integró los equipos de Sergio Massa y estuvo entre los 40 elegidos que se reunieron como protagonistas de la transición una semana antes de las elecciones. Tuvo diferencias con Patricia Bullrich en los últimos años y su nombre no figura todavía entre los definidos.

El lugar al frente de los espías lo reclamó el publicista Enrique “Pepe” Albistur. Si Alberto Fernández acepta, se transformaría en un émulo insólito de Mauricio Macri: ambos le habrían entregado el área de inteligencia a personas sin experiencia en la materia, pero que pueden jactarse de haber intercambiado departamentos con el presidente. El actual titular de la AFI, Gustavo Arribas, ocupó el piso de Macri en Barrio Norte cuando se mudó de Brasil a la Argentina por pedido presidencial. Fernández vive en un departamento en Puerto Madero que en realidad pertenece a Albistur. Esos singulares acuerdos inmobiliarios parecen ser determinantes para entender de espionaje.

De todas formas, el nombre más significativo en el área de seguridad es quien aparece como un posible subsecretario del futuro ministerio, el kirchnerista Juan Martín Mena. Entre otros antecedentes se le atribuye a Mena la redacción del pacto con Irán durante el gobierno de Cristina Kirchner. Si se impone la idea de llevar la Unidad de Información Financiera (UIF), oficina encargada de controlar el lavado de dinero, a la órbita del Ministerio de Seguridad, es factible pronosticar que los acuerdos vigentes de cooperación con Estados Unidos estallarán por el aire. Existen aspectos inciertos de la política norteamericana, pero si en algo es predecible es en que no van a entregarle información financiera sensible al redactor del memorándum.

Así, los organigramas que imagina Beliz, gestados con indiscutible buena intención, cambian de sentido cuando aparecen los nombres propios, como ubicar al frente de la Procuración del Tesoro a Carlos Zannini, el mayor adversario que tuvo Alberto Fernández en el interior del gobierno de Néstor Kirchner. Otro favor de Cristina Kirchner.

La preocupación de la vicepresidenta electa está lejos de los acuerdos de cooperación con Estados Unidos sobre lavado. El control de la UIF es determinante para debilitar las investigaciones por corrupción, ya que al igual que la Oficina Anticorrupción, la unidad impulsó con pruebas la mayoría de las querellas de las causas que están llegando a los tribunales orales. Es su propio orden de prioridades al ocupar casilleros.

Fuente: La Nación

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Una diputada libertaria busca que los legisladores que no juren según el reglamento de la Cámara no puedan asumir sus bancas

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En un contexto político argentino marcado por la volatilidad y la transformación, la diputada Sabrina Ajmechet se ha convertido en una de las voces más firmes de La Libertad Avanza, tras dejar el PRO y seguir los pasos de su referente política, Patricia Bullrich.

En diálogo con el programa “A confesión de parte”, por FM Milenium, Ajmechet analizó el presente del Congreso, la reforma laboral y el rumbo económico del país, defendió la necesidad de cambios estructurales y la legitimidad del mandato popular que respalda al oficialismo y anunció que presentó un proyecto legislativo para evitar que los diputados juren por fuera de lo que establece el reglamento.

“Terminemos con este circo”, dijo Ajmechet en referencia a los enunciados de nuevos diputados, especialmente del peronismo y de la izquierda.

Según el reglamento de la Cámara, hay cuatro “modelos” de juramentos: juramento de desempeñar fielmente el cargo (simple); por Dios, la Patria y los Santos Evangelios; por Dios y la Patria; y por la Patria.

“Hubo juras espantosas”, comentó Ajmechet y comentó que en el Congreso “lamentablemente, hay mucho pan y circo, lo venimos viendo en los últimos años” y consideró que “hay muchas faltas de respeto, hay muchos griteríos”.

“Que haya diputados que hayan asumido jurando por otro territorio, que haya diputados que hayan asumido por la libertad de una persona que tiene doble condena en la justicia. La verdad es que es más que feo, es problemático”, dijo. Por eso, el proyecto de Ajmechet directamente prohíbe cualquier expresión por fuera del reglamento.

Estamos haciendo historia, estamos cambiando el país para nuestros hijos”, afirmó Ajmechet en relación al momento del país y el triunfo categórico de La Libertad Avanza en octubre que, con acuerdos posteriores, convirtió al partido libertario en la primera minoría en la Cámara baja.

La legisladora describió el ascenso de su espacio como un fenómeno inédito: “Creo que lo interesante es pensar estos cuatro años, porque es algo inédito en la historia de nuestro país que surja un partido nuevo, que ocupe dos bancas, estamos hablando en el 2021, que se transforme un diputado que había empezado recientemente en política, en Presidente, que esté haciendo un montón de cambios y que logre, a los dos años de estar presidiendo, tener la primera minoría en la Cámara de Diputados y romper con la hegemonía del peronismo en el Senado. Eso también, ¿no? Para mirar las dos cámaras. Me parece que estamos en un momento histórico”, sostuvo.

Ajmechet además defendió la urgencia de modernizar la legislación vigente: “Hay una realidad fáctica, el 40 por ciento de la población económicamente activa en Argentina labura en negro y tenemos leyes laborales que en el siglo XX funcionaron. En una Argentina organizada a partir de fábricas y de un trabajo que, una persona empezaba a los dieciocho, diecinueve años a laburar en un lugar y se jubilaba en ese lugar, una Argentina que ya no existe, que era la de nuestros abuelos, esas leyes pudieron resultar adecuadas. Hoy tenemos que modernizarlas porque hay muchísimas formas de trabajo que no están contempladas o que, al revés, están condenadas al fracaso con la legislación actual”, explicó la diputada.

En cuanto a la situación económica, Ajmechet destacó el rumbo adoptado por el Gobierno y relativizó la idea de un alto costo social: “Está bajando la pobreza. Yo no estoy de acuerdo con esa idea de que hay un costo social muy alto. Un costo social muy alto fue una Argentina que llega a tener una pobreza cercana al cincuenta por ciento, ¿no?“.

La legisladora también se refirió a la relación con los gobernadores y la dinámica de negociación en el Congreso. “Todos los gobernadores están preocupados por lo que necesitan en sus provincias. Y hay una preocupación central, un objetivo que tuvo este gobierno desde el primer día, que es mantener el déficit cero”, señaló Ajmechet.

Además, la diputada libertaria apoyó que el Gobierno nacional no incluya al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en las negociaciones con las provincias. “El que no es parte de la negociación es el que sigue queriendo para la Argentina fórmulas que nos llevaron a la pobreza y a la decadencia. Acá los bonaerenses, desde mi punto de vista, son víctimas de este gobernador que sigue con ideas que fracasaron. Me parece más que lógico y sensato y racional que el Gobierno se siente a conversar con los gobernadores que no se pelean con los hechos, con los que no quieren insistir con aquello que nos salió mal”, afirmó Ajmechet.

En ese sentido aseguró que “hay dos modelos de país” y que “no se trata de fingir que somos amigos, no se trata de fingir cordialidad” porque “desde que Néstor asumió como presidente a mí me parece que eligieron una forma de conducir a la Argentina que me posiciona a mí completamente enfrente”.

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Máximo Kirchner criticó la presentación de los F-16: “Esos dólares que nos prestan no son para un Procrear, son para comprar aviones”

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El diputado nacional y presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, participó este sábado de un debate sobre Derechos Humanos que giró en torno al reclamo por “Cristina libre”, aunque al ser el mismo día que el Gobierno nacional presentara seis aviones caza F-16 comprados a Dinamarca, el líder de La Cámpora aprovechó la agenda para criticar la decisión.

Según su perspectiva se trata de aviones “que se compran con la plata de prestamistas” y cuestionó que “esos dólares que nos prestan” no se utilicen para “hacer planes de vivienda federales, o para hacer un Procrear, o para generarle mayor competitividad a nuestros sectores productivos, al mundo del trabajo, a las Pymes” sino que “son para comprar aviones que seguramente ya les sobran”.

“Nosotros también tenemos que saber explicar los modelos económicos porque los modelos económicos modelan sociedades”, reflexionó Kirchner y recordó que durante el gobierno de Juan Domingo Perón el país fabricaba sus propios aviones de reacción, en referencia a la serie El Pulqui 1 y 2.

“Yo quiero una Argentina que crezca, que produzca conocimiento, que pueda llegar un día a aquello que incluso el mismo Perón allá por el 73 decía que le había faltado, que era producir fierros pesados en Argentina para no tener que importar tanto”, recordó.

Kirchner participó de la mesa “Con proscripción no hay Derechos ni Democracia” que pide por la libertad de Cristina Kirchner en el marco del Encuentro de Derechos Humanos llevado a cabo en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

El referente de La Cámpora estuvo en el cierre del evento junto a al diputado nacional electo y ex secretario de DDHH Horacio Pietragalla, el militante de HIJOS Charly PisoniSergio Maldonado y la periodista Irina Hauser.

Kirchner cuestionó las restricciones recientemente impuestas a CFK después de que se reuniera con ocho economistas que fueron a San José 1111 -donde cumple prisión domiciliaria- a llevarle un documento de 500 páginas con propuestas para un futuro gobierno peronista.

“La verdad es que las restricciones sobre la figura de Cristina no fueron por estar cantando a dúo con el Indio Solari en el balcón del departamento. Tampoco yendo con el changuito al supermercado como los genocidas, fue recibiendo a economistas”, se quejó.

“Creo que en esta situación, donde muchas veces sentimos agobio por la realidad económica que se atraviesa, entendemos que necesitamos a Cristina libre, no para que pueda disfrutar con sus nietos, sino para que nos ayude, para que camine, para que invite a la gente a soñar”, dijo Máximo y concluyó: “Podrá tener más o menos votos, pero lo que es Cristina caminando, es un llamador a la discusión, al debate y a la participación. Y también a la rebeldía y a la irreverencia, y a no callarse jamás, hasta aún cuando algunos sectores muchas veces le terminan reclamando que afloje y no que siga”.

Kirchner aclaró que no considera “tontos” al sector de “la derecha” y destacó que “saben lo que hacen, siempre supieron lo que hicieron, por eso mataron, por eso torturaron, por eso desaparecieron, por eso persiguieron, por eso endeudaron”.

Saben, piensan, diagraman, planifican, y si tienen poder, abusan. Y después saben de haber cometido todo ese tipo de abusos que si hay algo que no pueden perder es el poder”, siguió.

Por eso el diputado nacional propuso que desde el peronismo sean “los primeros que tenemos que encargarnos, todos los días, de contar a la gente que nosotros queremos un país grande, con grandes empresarios, pero con Derechos Humanos. Que queremos un país con mucha seguridad para los que trabajan, y salen todos los días a la calle, pero con Derechos Humanos”.

En ese sentido le pidió a la militancia presente que “no les regalemos un centímetro, porque cuando les regalamos un centímetro, en nuestros argumentos y en las explicaciones nos avanzan 10 kilómetros para dentro de los lugares que realmente debemos proteger y proveer”.

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Senado: el kirchnerismo apuesta a blindar sus 28 votos, en medio de fuertes reclamos sobre “un nuevo orden”

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El Gobierno libertario se prepara para las sesiones extraordinarias, ante un kirchnerismo senatorial que apuesta a blindar sus 28 votos -de 72, lo que significa más de un tercio del pleno-, en medio de fuertes reclamos para que haya “un nuevo orden” en el interbloque del Frente de Todos, que comanda el formoseño José Mayans. El embrollo mayor es conocido: un puñado de legisladores se hastió de cumplir las órdenes que Cristina Kirchner emite, sin ninguna posibilidad de objeción, desde su prisión domiciliaria.

Venimos de perder tres elecciones bajo el lema ‘todos juntos’. Parece algo agotado, más allá de mantener un caudal de votos que nunca debe ser desconsiderado. Entonces, si el regreso de ‘volver mejores’ ya lo destruyó Alberto -en referencia al expresidente Alberto Fernández– y las quejas se amontonan, ¿por qué no con otro orden?”, sentenció un integrante del espacio kirchnerista.

Al acercar la lupa, aparecen bifurcaciones. Esto depende mucho del sitial desde donde se analice el panorama. Algunos son más cautos y aclararon a este medio que “un nivel son los acuerdos como cúpula PJ; otro, el de los gobernadores con la Casa Rosada; y un tercero, la convivencia interna”. Parece ser que, al quitarle la espuma a la ola generada con las recientes elecciones de octubre pasado, el último ítem se convierte, por ahora, en el más importante.

Yo no creo que haya tanto problema para rechazar, por ejemplo, la reforma laboral. Sobre todo, si el Gobierno pretende sacarla rápido. Podría cometer un gran error. Lo que ya no es agradable es entrar a una reunión de bloque y que dos o tres compañeros -en referencia a Mayans, Juliana di Tullio y Anabel Fernández Sagasti- acaparen la centralidad en todo. No hay respeto hacia exgobernadores que no pierden en sus provincias, ni espacios para ganadores en comisiones importantes. Al Consejo de la Magistratura van siempre los mismos. Para la AGN -Auditoría General de la Nación- quisieron traficar a un postulante que ni siquiera tenía el aval de todos nosotros. Siempre en exceso”, manifestaron con desazón desde el Frente de Todos.

Desde otro despacho, un senador que responde a un mandatario provincial fue tajante: “Nadie quiere ser el primero en romper. Ahora, si la semana que viene sigue la misma situación, no sé cuánto va a aguantar. Ya no es más ‘hacé esto’ o ‘apoyen lo otro’. Y pensar que hay peronistas distanciados hace mucho del kirchnerismo que sondearon los últimos días para ver si hay agua y generar algo distinto. Somos un sinfín de ocasiones mal pensadas y ejecutadas de la peor manera”.

En el Frente de Todos surge otro temor: Patricia Bullrich. No tanto por el trato en el día a día, sino por su posición de interlocutora única del Gobierno con la Cámara alta. El pedido de auxilio llegó a los oídos de la Vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, que mantiene excelentes vínculos con varios legisladores cristinistas y fue recibida con afecto por Gildo Insfrán en Formosa.

“Básicamente, le dijimos que no le regale el manejo de la Cámara a Bullrich. Pero como ya le cuesta con sus cuestiones, no pongo mucha esperanza. Mientras no quieran arrasarnos, sobreviviremos”, reflexionó un soldado peronista sorprendido por el reciente acto que promocionó esta semana Villarruel, junto a libertarios hoy enemigos acérrimos de Karina Milei, para criticar -por su extensión y consecuencias- la cuarentena kirchnerista durante la pandemia Covid. “Una estrategia muy atinada de su parte. Ya sé a quién no pedirle un consejo”, opinó, con risas, una senadora.

Con la confirmación del santiagueño Gerardo Zamora y su participación con el Frente Cívico -en principio- dentro del interbloque peronista, las miradas pasan ahora a Convicción Federal, que diferenció tiempo atrás, sin romper con Cristina Kirchner. Son cuatro. Las idas y vueltas con constantes. “No hay apuro. Vamos a ver qué pasa y cómo corre el agua la semana que viene”, aseguró uno de éstos a Infobae.

De reojo también observa todo el justicialista Daniel Bensusán. Dos semanas atrás, este medio contó que si bien no tiene intenciones de sacar los pies del plato y aguardará la decantación kirchnerista, sí es cierto que, ante imposiciones delirantes, armaría su propio bloque: PJ La Pampa, en línea directa -uno de los pocos- con su gobernador, Sergio Ziliotto. En caso de cumplirse, reeditaría la butaca con la que hizo magia años atrás Carlos Verna, uno de los últimos “lúcidos” -reconocido por sus pares- que tuvo el Senado. Y ya parte otro, el salteño Juan Carlos Romero.

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