Por intermedio de terceros, Alberto Fernández rompió la tradición peronista de guardarse sus cartas electorales hasta último minuto; y su variación kirchnerista, que al misterio le sumó la sorpresa en la revelación. El Presidente, por un mensaje de texto, reveló su estrategia para las legislativas: quiere a su asesor ad honorem Leandro Santoro como cabeza de lista en Ciudad y a Victoria Tolosa Paz en la provincia de Buenos Aires.
Hace semanas que se viene escribiendo en los medios, al igual que aquí, en potencial o a través de órdenes recibidas por sus funcionarios, que el mandatario desestimaba desprenderse de su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien por el impacto de su apellido de tradición justicialista en el conurbano era auspiciado por un sector K, con indisimulables deseos más de ver esa silla vacía con aspiraciones para el recambio. Difícil.
Sin Cafiero, la estrategia decantaría en ser otra. Eso no quiere decir que algún miembro del gabinete terminará en la papeleta oficial. No sería Gabriel Katopodis (Obras Públcias), nexo territorial entre la Casa Rosada y los alcaldes; pero tal vez sí Daniel Arroyo (Desarrollo Social), quien ya se mostró alineado: “Haré lo que defina el Presidente”.
Fue el consultor Raúl Timerman, de contacto con infinidad de terminales todistas, quien leyó en C5N anoche un WhatsApp presidencial con las tres definiciones. Una: Cafiero se queda en la Casa Rosada. Dos: quiere a Santoro en la Ciudad. Tres: Tolosa Paz para ir de cabeza de la boleta provincial.
Concejal platense (perdió la interna por la intendencia en 2019 frente a la ultracristinista Florencia Saintout), al frente también del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, la dirigente es una de las representantes del espacio “moderado” por no cargar con el pasado kirchnerista, pero a su vez en los últimos meses se convirtió en una relevante vocera para defender la gestión, un mandato albertista que no muchos funcionarios lograron aprobar el semestre.
Un espejo porteño de Santoro: radical del sector Los Irrompibles, que pasó de crítico K a la fundación del Frente de Todos, al punto de secundar a Mariano Recalde 2019 en el fallido objetivo de reemplazar a Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. De lengua filosa, es un acérrimo defensor albertista en los medios. En el último tiempo levantó el perfil.
A diferencia de otras, la de Tolosa Paz no es una figura del todo rechazada por el Instituto Patria. Sin embargo, desde esas oficinas emitieron otras preferencias, como Luana Volnovich (PAMI) o Fernanda Raverta (ANSeS). Anteanoche, en un plenario de militancia en La Plata, Tolosa Paz llamó a “construir una victoria electoral que no solamente le garantice a Alberto y a Cristina el acompañamiento de esta ciudad al proyecto nacional, sino también al gobernador y a la vicegobernadora”.
Además de recientes actos, con su esposo Enrique “Pepe” Albistur, amigo albertista y ex encargado de la propaganda nestorista, Tolosa Paz compartió la intimidad presidencial en la Quinta de Olivos con el Presidente y la primera dama, Fabiola Yáñez. Ambas parejas vieron la consagración argentina en la Copa América.
La incógnita que deberá develarse en los próximos días, con un vencimiento la medianoche del 24J, plazo legal para presentar las listas ante la justicia electoral: ¿Qué opina Cristina Fernández de Kirchner de la boleta que propone Alberto?
Por ahora, en el Patria prefieren el silencio. En la danza de nombres, ambas propuestas albertistas no sorprenden pero sí definen una estrategia electoral. Con la obvia confrontación con un Mauricio Macri que se mostró prescindente del armado de JxC, que el Presidente ubique las cabezas de listas del oficalismo lo convertirá, para bien o mal, en el gran electoral en los papeles.
Claro que lo que está en juego son las tres partes del todismo: Alberto, Cristina y los renovadores de Sergio Massa. Las tres partes societarias tienen, según sus cálculos, 15 casilleros por llenar en la boleta bonaerense: son los puestos que podrían entrar a la Cámara de Diputados tras la contienda. De ahí para abajo en la papeleta, quedarán a la expectativa por eventuales suplencias.
Con el foco en el conurbano, otra terminal de poder peronista que tendría representación serían los intendentes. Mucho se habló de que repetiría como en 2013 Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) por compartir actos con Cristina y Alberto por separado. Un nuevo nombre se sumó: el de Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas.
El mantra es “nadie mide más que la marca”. O sea, “el candidato es el proyecto” como supo decir el kirchnerismo en 2015. Desde ese punto de vista, en perfomance electoral, es lo mismo Tolosa Paz que Cafiero en la boleta. Sin embargo, según las encuestas que circulan en el oficalismo, el que mejor medía es Sergio Berni. Primero, Axel Kicillof no quiere hacer jugar a sus ministros y segundo, argumentan en el albertismo, en los estudios de opinión pesan hoy el conocimiento del “soldado cristinista”. En los últimos días se mostró más crítico que de costumbre con la Rosada, lo que hace más difícil que sea el elegido.
Pero en el mundo electoral K todo puede ocurrir en el último minuto. Lo sabe Alberto Fernández que en 2019 se imaginaba de embajador y terminó de Presidente.
(El Cronista)