El compost es un abono orgánico que se produce mediante la descomposición de residuos orgánicos degradables. Es una sustancia inocua y libre de sustancias fitotóxicas.
Compostar es una actividad que tiene muchas ventajas desde lo medioambiental y económico y en Bahía Blanca cada vez más gente se anima a aplicar esta práctica, ya que es un proceso sencillo y natural de implementar.
Es una práctica en la que se propicia la transformación biológica de los restos vegetales en abono o nutrientes con microorganismos benéficos (hongos, bacterias, insectos) en presencia de aire y humedad, sin olores ni riesgo para la salud de las personas.
Al disminuir la contaminación ambiental, tendremos cambios significativos en nuestra calidad de vida.
Entre sus múltiples beneficios se pueden mencionar que mejora la vida del suelo para que las plantas crezcan fuertes; disminuye la compra de otros abonos o fertilizantes de origen químico; reduce la cantidad de residuos que producimos y se toma mayor conciencia del reciclaje.
Otra de sus ventajas es que el gasto para producirlo es mínimo, ya que se puede hacer al aire libre, en un pozo o en contenedores llamados composteras.
La clave es generar condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas para que los residuos orgánicos se transformen en materia orgánica estabilizada, con presencia de partículas más finas y oscuras.
Los principales residuos orgánicos que se pueden usar para el compost proviene de:
–Cocina: restos de frutas y verduras crudas o cocidas, cáscaras de huevos, saquitos de té, yerba, café, servilletas y rollos de papel de cocina. No se puede usar pañuelos de papel, pañales ni toallas higiénicas. Residuos lácteos, grasas, huesos y carne tampoco se usan porque se descomponen de forma lenta y pueden atraer plagas (ratas, insectos, etc.). También se debe evitar poner comidas elaboradas debido a su alto contenido de sales.
–Jardín: hojas secas y verdes, césped seco y verde, ramitas, arbustos y restos de plantas. También se puede usar guanos de cabra, oveja, caballo, conejo y vaca. No se puede usar excrementos de perros, gatos, cerdos y gallinas porque pueden tener patógenos dañinos a la salud humana.
Tampoco se recomienda compostar medicamentos, colillas de cigarrillo y cenizas.
Comunitarias
Paralelamente a lo que cada persona puede realizar en su hogar, el municipio hace varios años que colocó composteras comunitarias en distintos espacios públicos de la ciudad.
Son cajones de un metro cúbico que pueden recibir material orgánico de origen vegetal.
Están ubicadas en Plaza Cristoforo Colombo (Zelarrayán 840); Plaza Bartolomé Mitre; Parque Boronat; Plaza Alejandra Paoletti (Azopardo y Liniers); Parque Campaña del Desierto; Plaza Brown; La Rioja al 5600 (sociedad de fomento Grünbein); Emilio Rosas y Pueblos Canoeros (Centro de Salud Dharma); Plaza Javier Villafañe (San Juan y Alvarado) y Plaza Las Acacias (Tres Sargentos y Saliquello).
También se encuentran en Plaza El Ceibo (esquina Washington y Pilmaiquén); Plaza Luciano Guadagnini (Haití y Fournier); Parque de la Ciudad (Castelli y Ugarte); Felix Frías y 25 de Mayo (Unidad Sanitaria Loma Paraguaya); Villa Espora (Boulogne Sur Mer al 3300).
En Cabildo hay en Plaza de Mayo (Las Heras y Buenos Aires); en Cerri están ubicadas en Plaza Dr. Carlos Galasi (Gurruchaga entre Brown y Libertad) y en Ingeniero White se encuentran en Plaza Presidente Sarmiento (Sisco y Mascarello).
Personal del municipio recorre a diario cada espacio público y revisa que el contenido de las composteras sea el adecuado. Los trabajadores quitan los elementos que no deben ir, limpian el lugar y hacen la tarea de volteo para airear la mezcla y que se composte como corresponde.
Cuando llega el momento, proceden con la cosecha, vacían el cajón y lo dejan disponible para recibir más material. El compost cosechado es tamizado y puesto en bolsas para ser entregado, en parte, a la ciudadanía.
Pasado el tiempo, se usa para el enriquecimiento del suelo de las plazas y parques.
Fuente: La Nueva.