El diputado Martín Tetaz se encuentra en una maratón de campaña en la costa atlantica, en ese contesto brindó una entrevista donde sostuvo que “Hoy, el radicalismo no tiene candidatos competitivos en Buenos Aires”.
Tetaz analiza la coyuntura antes de plantear nombres y el diputado de La Libertad Avanza es parte fundamental de su razonamiento electoral. Es quien puede restarle votos a Juntos –manifiesta– y al no haber ballotage, eso puede facilitar que, pese a “una malísima gestión, Kicillof pueda ser reelecto”. Y más: que esa derrota pueda arrastrar también una derrota para la oposición a nivel nacional, elucubra.
Por eso, para el economista, “uno de los principales desafíos es enfrentar a Kicillof con candidatos muy competitivos en las PASO”, algo que, dice, se logró en la elección legislativa de 2021 con la participación de Facundo Manes. “Ahora necesitamos esa PASO competitiva, que hoy no la hay; hoy el radicalismo no tiene candidatos competitivos en la provincia y nosotros queremos uno”, asegura.
No es la primera vez que el radical enrolado en Evolución dice algo semejante. En el verano de 2022, durante una entrevista con este medio, dijo que la UCR “no” estaba preparada para gobernar. La falta de un candidato competitivo –como dice– hace voltear la vista a Maxi Abad, el diputado que la semana pasada se lanzó con un multitudinario acto en Mar del Plata donde la tropa de Martín Lousteau no estuvo. Y abona, también, la idea de una gran interna, con Milei compitiendo por afuera, pero con todos los candidatos dispuestos a bajarse después de las PASO para dejar solo a la figura de la oposición que haya sacado más votos para enfrentar en un mano a mano a Kicillof.
Sobre su propia candidatura, Tetaz redondea: “Estamos tratando de darle volumen a nuestra propuesta, después veremos. Si llego competitivo, seré candidato”.
El dirigente critica la presentación de un “candidato de corte testimonial”. Destaca que hace tres años que el radicalismo no tiene candidato en la provincia de Buenos Aires, “pero hace treinta y cinco años que no tiene uno competitivo”; basta de “candidatos para radicalandia”, para que “se pongan contentos algunos amigos” y después sacar el cinco por ciento de los votos, dispara.
Como sea, dice no ver mal que otros correligionarios se lancen, como hizo Abad, pero se diferencia de los actos “de la vieja política”. E insiste en la misma idea, aunque sean él y otros, como los tres gobernadores, buenos candidatos por su capacidad o trayectoria, todos tienen un denominador común: “La gente no los conoce”.
En otras provincias, la cosa cambia, según Tetaz: se puede “dar la sorpresa” y ganarle al peronismo en Córdoba, Santa Fe y La Pampa. Esos son sus ejemplos a seguir.
En ese esquema suma particularmente la situación en la Ciudad de Buenos Aires, donde –asegura– que la fuerza tiene “al candidato que es el número uno en todas las encuestas hasta ahora”. Habla de su jefe político, Lousteau. “Si eso persiste y no hay ninguna candidatura nueva del PRO, es muy probable que el radicalismo pueda ganar Córdoba, Santa Fe y La Ciudad de Buenos Aires”, se entusiasma, lo que a su entender mejora las chances del partido para tener “un presidente radical en 2027”.
“Ir por los lugares de poder quiere decir ir construyendo candidaturas competitivas para que puedan disputar esos lugares, no quiere decir buscar candidaturas caprichosas. Ya fuimos a unas PASO en 2015 con un candidato muy bueno, Ernesto Sanz, pero que no era popular. Esa PASO salió 85 a 10 y después el gobierno fue 85 a 10. La participación del radicalismo fue en sintonía con lo que fue su peso electoral. Tenemos que revertir esa historia si queremos que el radicalismo sea protagonista. Tampoco tenemos un candidato a presidente competitivo, pero estoy seguro de que si pasa eso que te digo en todas las provincias que mencioné y en la provincia de Buenos Aires, no tengo dudas que vamos a poner un presidente dentro de cuatro años”, analiza.
Finalmente, Tetaz le dedica un párrafo al ministro de Economía, Sergio Massa. Aunque le reconoce haber estabilizado políticamente el gabinete, dice que a él “lo defraudó en lo económico”, porque “perdió la oportunidad de arreglar los problemas de la Argentina”, como en el mercado del trabajo, el dólar, el sistema impositivo y el funcionamiento del Estado en general. “Perdió la oportunidad de girar y ser una alternativa de cara a la gente para este año. Terminó siendo el Plan aguantar”, cerró.
(LetraP)