Las 47 empresas firmaron un comunicado en donde señalan la necesidad de aumentar la tarifas “que son las más bajas de la región”.
Mientras el Gobierno aún define qué sucederá con las tarifas de los servicios públicos, en especial con los energéticos, 47 distribuidoras eléctricas del país salieron en conjunto a reclamar el pronto descongelamiento de las tarifas.
Mediante un comunicado de la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (Adeera), las distribuidoras de energía eléctrica nucleadas en la cámara señalaron que se encuentran “en estado de preocupación frente a la extensión del congelamiento tarifario dispuesto recientemente en algunas zonas muy importantes del país”.
“Esta medida mantiene la situación de indefinición que produce una afectación directa al servicio eléctrico. Además, este congelamiento se produce en un contexto con una inflación acumulada del 80%, de la cual el servicio eléctrico no es responsable pero que sí impacta directamente en los aumentos de los costos de la prestación”, agregó el comunicado.
Desde la entidad señalaron que la producción y distribución de energía “no es gratis” o “económico como algunos consideran” y que es un negocio que requiere inversiones “constantes” para garantizar el servicio y sostener la operación de los más de 450.000 km de redes que existen en el país.
Y aseguran que en el escenario de la pandemia “las distribuidoras de electricidad realizaron una gran cantidad de obras para mantener la calidad del servicio, acompañar la demanda y fortalecer el abastecimiento a hospitales y centros de salud” y que pese a eso y a ser un sector esencial “no fue asistido hasta el momento con ningún programa de compensación o ayuda económica”.
“En simultáneo la situación de las distribuidoras, ya afectada por el congelamiento tarifario, se vio aún más comprometida por la pandemia. Esto se debe a la morosidad en el pago de las facturas, a las deudas que se vieron obligadas a contraer con Cammesa, a la falta de actualización del Valor Agregado de Distribución (VAD), a los altos componentes impositivos y a la reducción de la demanda industrial que no logró compensarse con el aumento del consumo hogareño”, agrega el comunicado de Adeera.
A partir de este punto es que vuelve a hacer referencia al modelo tarifario y asegura que los valores de los servicios públicos que rigen actualmente en el país “son las más económicas de la región”, comparadas con Uruguay, Brasil o Chile. Y que esto implica “un fuerte atraso monetario en las distribuidoras que trae como consecuencia falta de fondos para continuar con el necesario nivel de inversiones para mantener la calidad del servicio”.
Asimismo, explican que un aumento tarifario no impactaría en una suba de precios al aclarar que la incidencia del servicio eléctrico en los costos para el sector comercial e industrial “es del 2%, salvo los electrointensivos”.
En Argentina, solamente el 29% de lo recaudado por las facturas corresponde al distribuidor (VAD) que las empresas destinan al pago de salarios, mantenimiento, compra de materiales e insumos y planes de inversión, entre otros. Por su parte, el 41% del precio corresponde a la energía mayorista y el restante 30 % son impuestos directos. Cabe aclarar que la carga impositiva total del servicio es del 46%, considerando todos los impuestos de la cadena.
Desde Adeera también salieron al cruce de los dichos del secretario de Energía, Darío Martínez, quien había hecho referencias a los posibles cortes de energía en el verano.
Respecto a este punto, la entidad señaló que las distribuidoras “han tomado deuda y postergado otras obligaciones para realizar obras de mantenimiento y mejora de las redes, esto implica que no deben esperarse mayores cortes que los que resultan habituales en los días de altas temperaturas. En este sentido, las asociadas de Adeera hoy tienen los procesos y los recursos necesarios para dar rápida respuesta ante eventuales interrupciones en el suministro”.
A partir de esto, las empresas señalan que “necesitan pautas más precisas” para trabajar “en un marco estable. La situación macroeconómica define el futuro del sector, que no espera solamente una recomposición tarifaria sino un escenario de certidumbre para planificar el futuro del servicio eléctrico”, concluye el comunicado.