El gobierno porteño les quitará los planes sociales a los padres que no envíen a sus hijos a la escuela. Para ello, modificaron la definición de alumno regular: a partir de ahora los chicos deberán asistir al menos al 85% de las clases de cada bimestre para no perder la constancia.
La medida ya entró en vigencia a partir de agosto para los niveles inicial, primario y secundario e impactará en el programa social Ciudadanía Porteña que perciben las familias para 23.600 chicos. Como contraprestación, el plan exige que los padres aseguren la escolaridad de los hijos. Ahora, si pierden la constancia de alumno regular, ya sea por estar debajo del 85% del presentismo por bimestre o por haber faltado 25 veces de forma injustificada a lo largo del año, perderán también el ingreso.
Ciudadanía Porteña entrega 5 mil pesos por chico o 7 mil en casa de tratarse de un hogar indigente. En promedio, según las cifras oficiales, cada hogar recibe 15.700 pesos. El Ministerio de Educación y el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat harán una revisión de presentismo por bimestre con la idea de certificar la escolaridad. Con más de 85% de faltas, perderán el componente que le corresponde por chico. En caso de sostenerse la irregularidad por 6 meses, perderán el monto total.
“No alcanza con que las escuelas estén abiertas, los chicos tienen que asistir a clases. Por eso, redefinimos los criterios de regularidad y establecimos que a los padres que reciban asistencia social y no manden los chicos a las escuela, le vamos a suspender el subsidio. Esto no es para excluir ni para castigar, se trata de establecer reglas claras para que los chicos y sus familias se comprometan con la asistencia a clases”, señaló Felipe Miguel, jefe de gabinete porteño.
La medida surgió debido a las altas tasas de ausentismo que encontraron en las escuelas. Con el nuevo sistema de gestión, detectaron que en los jardines y primarias públicas el 30% de los alumnos faltó al menos una vez por semana en el primer cuatrimestre. Más aún, el 16% se ausentó 7 días o más por mes.
“Antes de la pandemia en los directivos había una preocupación grande por el ausentismo. Después de la pandemia comprobamos que se profundizó el problema. Hay lo que llamamos un presentismo intermitente, que va de la mano con la pérdida de los hábitos de estudiante que ocurrió con el cierre de escuelas. Que el chico vaya todos los días a clase es parte de volver a generar rutinas, de generar aprendizajes más robustos”, señaló la ministra de Educación, Soledad Acuña.
La resolución solo impacta, en principio, en las ayudas sociales que paga la Ciudad de Buenos Aires. La Asignación Universal por Hijo (AUH), que dependen de Nación y es la más extendida, no se ve afectada, aunque los funcionarios porteños adelantaron que compartirán la base de datos con la Anses para lograr que la nueva definición de alumno regular también llegue a esa asignación.
Antes de la pandemia, la Anses exigía a los padres el certificado de alumno regular como contrapartida. Con el cierre de escuelas dejó de exigir el trámite y todavía, pese a la presencialidad plena, no volvió a pedirlo.
“Desde Anses se pusieron en contacto con las jurisdicciones para solicitar la base de datos, lo que es un indicio de que volverían a pedir la regularidad, pero por ahora no se solicita. Nosotros buscamos desarrollar un sistema de alertas tempranas, con asistentes sociales que visiten los hogares de los chicos que no están yendo a la escuela. No hay una idea de quitar la ayuda económica, sino de incentivar el presentismo”, explicó María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat.