Las nuevas críticas del expresidente Mauricio Macri a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, no cayeron bien en Casa Rosada, donde rechazaron la reciente decisión de centrar las diferencias contra la menor de los Milei.
“No entendió nada”, sostuvo ante la agencia Noticias Argentinas una importante fuente sobre la decisión del exmandatario de apuntar contra “El Jefe” en sus últimas declaraciones.
Por los pasillos de Balcarce 50 sostuvieron que pegarle al asesor presidencia, Santiago Caputo, como Macri estilaba “no tenía costo alguno”, al tiempo que remarcaron que esa misma premisa no aplica con la hermana del mandatario. Karina Milei no es solo la funcionaria con mayor poder en la administración, sino que además es quien mejor representa a los intereses y voluntades del libertario.
Asimismo, desde el entorno del mandatario descartaron que la estrategia de La Libertad Avanza sea “ir por el PRO en la Ciudad”, como denunció Macri, aunque dedicaron varios minutos a diferenciar a la conducción del partido de los dirigentes que aún integran la fuerza.
“Siempre hemos agradecido el trabajo del PRO en el Congreso”, sostuvo una voz con acceso al despacho presidencial, marcando la única coincidencia con el exmandatario, quien aseguró que el PRO le “sacó las papas del fuego” al Gobierno.
Pese a los halagos, desde el círculo rojo libertario aseguran que el expresidente de Boca no dirige en su totalidad a los referentes amarillos, e incluso se esperanzan con una posible alianza entre La Libertad Avanza y el PRO en la provincia de Buenos Aires, sin la bendición de Mauricio. “Hicimos la foto sin el OK de Mauricio, por qué no un acuerdo”, ironizaron.
La referencia se retrotrae a la imagen que se robó la primera plana de los medios de comunicación en la que se la veía a Karina Milei y al mandatario junto a los diputados del PRO Cristian Ritondo y Diego Santilli en lo que definieron como “una integración” de espacios para disputarle la provincia al gobernador Axel Kicillof.
“No es causalidad que las chances de ponernos de acuerdo sea con Cristian Ritondo y el Colo Santilli. Mauricio está más enfocado en cuidar la Ciudad”, reconocieron por los pasillos de Balcarce 50, y añadieron: “Los tipos que han apoyado incondicionalmente están encontrando lugar en La Libertad Avanza. Los que apoyaban condicionalmente no”.
La campaña de la motosierra y las promesas de recorte
Con la Ciudad de Buenos Aires como terreno de disputa, el Gobierno Nacional centra su atención presentar al vocero presidencial, Manuel Adorni, como el portador de la motosierra en el distrito que gobierna Jorge Macri como símbolo de ajuste y recortes en el Estado.
“Siempre dijimos que son más importantes las ideas que los rejuntes, y con los que han apoyado las ideas nos estamos poniendo de acuerdo”, argumentaron desde la mesa chica libertaria sobre la presentación de la lista violeta que competirá contra la de Silvia Lospennato.
Esta mañana, junto a varios referentes porteños, el vocero presidencial se fotografió en la puerta Uspallat 3150, donde funciona la sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para dar inicio a la campaña de cara a las elecciones legislativas del 18 de mayo.
“En la Ciudad no estamos de acuerdo con el crecimiento exponencial del Estado, la suba de impuestos y el modelo del estado presente que vende el PRO”, definieron en la adminsitración libertaria, y denunciaron: “Si se toma el tamaño del Estado debe haber crecido a un ritmo más rápido del Gobierno Nacional”.
Según aclaran, el objetivo de la campaña no es “terminar con el PRO” sino darle fin “a un modelo de hacer política que la sociedad en el país dijo que no comparte”.
“Que bajen impuestos y echen a un tercio de la planta si queren hacer acuerdos”, desafió una significativa fuente del Poder Ejecutivo que acusó a la fuerza que fundó Macri de “tener ministerios repletos de ñoquis”.
Desfilaba por los pasillos de la casa otro importante funcionario que escuchó la declaración, y se plegó a las críticas hacia el Ministerio de Gobierno porteño al que le adjudican su creación para el desembarco de dirigentes. “Hay que hacerlo mierda”, sintetizaron a coro y entre risas.