El temporal del 7 de marzo dejó grandes daños en la sede del Conservatorio de Música de Bahía Blanca, ubicada en Belgrano 446. “El agua entró por todos lados, rompió el portón de entrada y arrasó con todo”, describió Celeste Malanga, presidenta del centro de estudiantes.
En diálogo con La Nueva., Malanga explicó que la situación se agravó por los daños previos que sufrió el edificio tras la fuerte tormenta de granizo del 2 de febrero. “Se agujerearon todos los techos y el agua ingresó desde arriba, no solo por el portón”, relató.
En esta ocasión, la inundación alcanzó casi un metro y medio de altura, dejando la sede completamente inutilizable. “Fuimos vaciando el agua de a poco; lo último que quedó fueron residuos cloacales. Por suerte, ese problema se arregló, pero el edificio sigue siendo inhabitable”, lamentó.
Daños en otras sedes y pérdidas irreparables
El Conservatorio también cuenta con espacios en Lamadrid 441 y en la Escuela Primaria Nº 18, pero la tormenta también afectó estos lugares. “La sede de Lamadrid también se arruinó. Aunque los escalones nos salvaron de lo peor, el subsuelo quedó arruinado: se dañaron la sala de profesores y la cocina de los auxiliares”, señaló.
Entre las pérdidas materiales, Malanga enumeró muebles, documentación, archivos históricos y una gran cantidad de libros. “La tormenta hizo un desastre. Todo quedó empapado de barro y aguas cloacales, así que no tuvimos más opción que tirarlo”.
Los instrumentos musicales tampoco escaparon a la tragedia: “Perdimos pianos, guitarras, violines… Los instrumentos de madera no se pueden recuperar; el agua y el paso del tiempo no son una buena combinación para ellos”.
“Hay muchas cosas por arreglar. Todo quedó hecho un desastre”, sostuvo Malanga.
Solidaridad y reclamos urgentes
A pesar del panorama desolador, la comunidad del Conservatorio ha recibido numerosas donaciones y se están organizando recitales a beneficio.
Sin embargo, la falta de un edificio donde almacenar y utilizar estos recursos complica la recuperación. “No tenemos sede, no tenemos instrumentos, no tenemos nada para comenzar las clases, y no podemos seguir esperando”, enfatizó Malanga.
El jueves pasado, estudiantes y docentes realizaron una asamblea en la que acordaron elevar un reclamo formal. “Vamos a redactar una carta para contar cómo se vive en el Conservatorio desde hace 62 años, qué lo hace funcionar y por qué necesitamos con urgencia un edificio provisorio para retomar las clases”, explicó.
Además del pedido inmediato de un espacio temporal, Malanga recordó un reclamo histórico: la construcción de un edificio propio. “Necesitamos aulas espaciosas y lugares de grabación; es decir, recursos básicos que requiere el estudio de una rama artística como lo es la música”, concluyó.
Fuente: Frente al Cano.