El levantamiento del cepo es una buena noticia. No se podían esperar inversiones con cepo. El dato de inflación no es tan bueno, especialmente porque el mayor porcentaje de aumentos se da en el rubro alimentación.
Hay sectores que siguen con poca capacidad de compra, como los jubilados con aportes y la clase media en general. Ahora habrá que esperar si, con estas medidas, la reactivación llega. El gobierno se compromete a no emitir y a seguir achicando el déficit fiscal. Eso está bien.
El gobierno debe tener claro que el enemigo es siempre el peronismo. No puede seguir confundiendo, por estrategias electorales berretas, al PRO o a algunos radicales con tendencias de centro como si fueran los adversarios. Esos sectores son los que le votaron cosas claves como la Ley Bases o la autorización para arreglar con el Fondo. La gobernabilidad presente y futura está en esos espacios.
El peronismo está en decadencia, pero sigue teniendo capacidad de daño. Es clave que pierdan diputados y senadores para reducirles el nivel de extorsión. Ya es hora de que el gobierno les dispute poder y los termine de achicar.
El día del paro general de la CGT se vio lo mal que están. Ver a sindicalistas millonarios arriando gente para un acto paupérrimo, mientras muchísima gente trabajó, es la muestra clara de su debilidad.
El gobierno tiene que recuperar la agenda de reformas que había abandonado. No puede ser que sindicalistas corruptos sigan teniendo reelecciones indefinidas y manejen cajas enormes con las que extorsionan. También es inaceptable toda la basura de las afiliaciones compulsivas y los aportes obligatorios. ¿A cuántas empresas vimos quebrar por los bloqueos de los mafiosos Moyano para obligar a los trabajadores a afiliarse a su sindicato?
CFK también está en problemas. Como siempre ocurre en el peronismo, ella impuso al iletrado de Máximo Kirchner como presidente del PJ bonaerense. Si Máximo no hubiera nacido en la familia mafiosa en la que nació, podría haber sido, como mucho, un portero de cabaret en Santa Cruz.
Como nació en la familia Kirchner, es millonario y ocupa cargos, aunque es evidente que no le da la cabeza. La madre lo impone a la fuerza, aunque sepa de su mediocridad: temas de la mafia. Esas decisiones de CFK empiezan a resquebrajar voluntades en el peronismo de la provincia, sumado a la patética situación judicial de la propia CFK.
A propósito, sería deseable que la Corte no duerma la causa Vialidad, que ya pasó por todas las instancias, y que confirme su condición de condenada por corrupción. La Corte no puede esperar a que tenga fueros nuevamente para rechazar su recurso. No puede ser que estos políticos tengan una justicia VIP que les permita seguir jugando cuando tienen una condena firme. Hoy hay una justicia para los ciudadanos y otra para los políticos.
Al gobierno le va mejor cuando anuncia medidas de gobierno que cuando juega a la política y recluta peronistas de la mano de operadores. Cuando aparecen los kirchneristas reciclados, dan una imagen rancia y de casta, queriendo armar aparatos políticos con lo peor de la política. Cuando trabajan con los sectores republicanos es cuando muestran una imagen seria. Este acuerdo con el FMI tuvo convalidación en el Congreso porque fue votado por el PRO, la Coalición Cívica, varios radicales, entre otros.
Esa debe ser la mirada del gobierno si quiere tener éxito: dejar de insultar a los sectores republicanos y ocuparse de achicar hasta la insignificancia al kirchnerismo.
Milei tiene que decidir si quiere pertenecer al sector virtuoso de la política (que es pequeño), o si, por absurdas estrategias electorales, termina siendo funcional a los sindicalistas y políticos peronistas corruptos. Milei sabe que los legisladores del sector republicano le discutirán cosas, pero votarán las leyes. Los peronistas, en cambio, buscan recomponerse para voltearlo. Por eso, hay que debilitarlos.
Es la gran decisión. Y es ahora.