Por Andrés Lavaselli
A 20 días del cierre de listas, se consolida un escenario de elección polarizada en la Provincia para el 7 de septiembre, con dos grandes polos que por estas horas terminan de armarse en medio de fricciones. Por un lado, la “Alianza La Libertad Avanza”, donde el PRO que se resigna a un rol subordinado de la hegemonía libertaria a cambio de garantías para sus intendentes. Por el otro, el “Peronismo”, donde la exclusión de Cristina sirvió para colocarla en el centro de la campaña, pero no resolvió por sí sola el esquema de unidad, cuyos detalles comienzan a negociarse en una mesa con mayoría de intendentes que se está constituyendo por estas horas.
En el mundo libertario, la estrategia electoral es tributaria del triunfo porteño, por dos motivos fundamentales. 1) Al encabezar el Congreso de la Libertad bonaerense, Javier Milei anticipó un involucramiento personal al que solo se avino este año en la elección de la Ciudad Autónoma. Y como en esa ocasión para polarizar el debate con el kirchnerismo, aunque en este caso lo encarna en Axel Kicillof ante la imposibilidad de hacerlo en Cristina Kirchner. 2) El Congreso fue una demostración de poder de Karina Milei, a quien el Presidente atribuye, quizá con cierto simplismo, el acierto del enfoque que llevó al triunfo a Manuel Adorni.
La centralidad de Karina tiene una primera deriva electoral, que es interna pero la excede: como el derrotado es el híper asesor Santiago Caputo, las Fuerzas del Cielo están ahora por el piso, con sus posibles candidatos barridos de las listas. A la vez, la hermana presidencial –y su operador Sebastián Pareja- quedaron con las manos libres para imponer su línea dura de negociación para el armado, que se traduce en un acuerdo ventajoso para ellos y casi cerrado con PRO e implica a la vez mayor distancia con el sector del radicalismo que venía conversando con la Casa Rosada, cuyo interlocutor siempre fue Caputo.
Aunque habrá que esperar a las confirmaciones oficiales, quienes se asomaron a las conversaciones que por el bando amarillo llevan adelante Cristian Ritondo y Diego Santilli, hablan de dos concesiones que, con cierta reciprocidad, dejaron las cosas al borde del afirma. 1) El armado se llamará “Alianza La Libertad Avanza” y las listas serán violetas, como exigía Karina. 2) Jorge Macri ya no tiene los pies fuera, lo que se traduce en la posibilidad de que los intendentes que le responden sean incluidos en un esquema de protección de los 13 alcaldes PRO, que podrían colocar el 70% de los postulantes en las listas locales de sus ciudades, contra el 30% para los libertarios.
El primer diseño que surge es de una mayoría abrumadora de candidatos libertarios en las listas. Aunque puede cambiar, hoy habría espacio para apenas ocho PRO “a salir”, cinco diputados y tres senadores. Santilli –en quien Karina no confía nada – podría encabezar en la primera, aunque él dice que no quiere. Y Guillermo Montenegro, en la quinta. En ambos casos, una banca en la Legislatura parece poco premio, pero los dos ambicionan cargos en el nuevo gabinete que, rediseño post elecciones mediante, podría no contar con Patricia Bullrich ni Guillermo Francos. Septiembre sería para ellos un primer paso para acceder.
La mesa en cuestión
En el peronismo, la recobrada centralidad de Cristina no se tradujo en soluciones mágicas. Todos los sectores sintonizaron con la empatía que produjo la prisión domiciliaria y aceptaron que el lema “Cristina Libre” sea uno de los ejes de la campaña, en una reunión realizada el viernes en el PJ, al cabo de una serie de amagues de convocatorias al diálogo fallidas que casi termina en un paso de tragicomedia. Pero esa ola no ola no resolvió por sí sola la negociación de cúpulas por los cargos, que en los hechos todavía no arrancó, aunque ya hubo tanteos exploratorios de lo que exige cada uno.
Con el diálogo entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner aún cortado, el primer paso concreto se daría entre este domingo y lunes con una reunión de delegados de los tres espacios más grandes (La Cámpora, FR y MDF). El gobernador la viene coordinando con el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, puente con el Instituto Patria. En la mesa se sentarían mayoría de intendentes, con un primer ítem centrado en la estrategia de campaña para luego, si hay sintonía, avanzar con las listas. Kicillof, Kirchner y Sergio Massa se sumarían recién al final, para anunciar el entendimiento.
Las conversaciones no serán sencillas. De movida, el kicillofismo acuerda con el lema “Cristina Libre”, pero advierte que no puede ser único. “Para un candidato del interior, puede significar la derrota”. Hay otros expedientes calientes: la eventual candidatura de Máximo Kirchner en la funcionará como un test. En La Plata que el criterio de “mejores candidatos posibles” lo incluye: si no llega por consenso y parte del peronismo va de “brazos caídos” a la elección, podrían perder ese bastión hasta ahora inexpugnable que hasta ahora ha sido la tercera sección.
¿Dónde están los radicales?
El pasado martes 17 Mauricio Macri recibió a Emilio Monzó, en una reunión que se vendió como una “reconciliación” que en realidad ya había ocurrido mucho antes, contacto personal incluido. El principal resultado del encuentro fue la convicción del exarmador nacional de JxC de que el expresidente aceptará los términos del pacto con los libertarios tal como están planteados, y no se sumará a un armado “de centro” más allá de que escuchó con interés la explicación que le dio Monzó sobre la posibilidad de quedarse con entre el 10 y el 15% de los votos este años y plantar así una semilla de cara al 2027-
La resignación de Macri (¡recomendó a Monzó la vía muerta de ir a hablar con Ritondo, el arquitecto del acuerdo con LLA!) no agota las conversaciones allí. La clave de coagulación de una tercera fuerza es la UCR: ¿qué pasará con los 24 intendentes que dicen rechazar un acuerdo con Milei? Hay conversaciones activas, que se multiplicarán desde el lunes, con Facundo Manes, que a su vez camina con el peronista cordobés Juan Shciaretti. Pero no hay nada acordado aún: los radicales no definieron aún si irán a un acuerdo, se presentarán solos con la histórica lista tres o caso se refugiarán en listas “cortas”, locales exclusivamente, para proteger sus Concejos. (DIBI)