Una mezcla de sentimientos invadió hoy a los miles de manifestantes que se acercaron al “acampe” kirchnerista frente a la sede nacional del Partido Justicialista, para “hacerle el aguante” a la ex presidenta Cristina Kirchner, quien dio su último discurso con sabor a despedida, tras conocer el fallo de la Corte Suprema para ordenar su detención.
En la segunda jornada consecutiva de procesión permanente de militancia en Matheu 130, la calle empezó a llenarse desde bien temprano, cuando se filtró a la prensa que el presidente del máximo tribunal de Justicia, Carlos Rosenkrantz, convocaba a los otros dos magistrados a reunirse por la tarde para pasar a la firma la acordada por la causa Vialidad.
La primera reacción fue de alarma y perplejidad, luego la ansiedad por un escenario inédito, para coronar en melancolía y resignación.
Pasadas las 16 hs, empezaron a sonar casi en simultáneo los celulares de los manifestantes: en los grupos de chat había empezado a circular el texto del fallo de la Corte que ratificaba la condena. La preocupación saltó a niveles impensables.
Más tarde, cuando Cristina Kirchner cerró su discurso, muchos simpatizantes terminaron con lágrimas en los ojos, y en esos rostros quedó expuesto en carne viva el desamparo general que vive la militancia.
Durante la jornada, esa montaña rusa de sensaciones negativas se amenizó, sin embargo, con cantos de guerra de la militancia, con golpes en el pecho alusivos a la “gloriosa juventud peronista” e insultos a Javier Milei y, especialmente, a Mauricio Macri, a quien acusan de montar la mesa judicial que le armó la “causa trucha” de Vialidad.
La Cámpora, como guardia pretoriana de Cristina Kirchner, ocupó el centro del plateau callejero, pero a los lados se ubicaron columnas con banderas del Movimiento Evita, el Hormiguero, la Organización Libre del Pueblo (OLP) y el Movimiento Derecho al Futuro de Axel Kicillof, entre otras organizaciones.
Justamente el gobernador ingresó raudamente esquivando las cámaras, atravesando la militancia kirchnerista, que lo recibió con cánticos hostiles.
“No fue magia, nos conduce una mujer”, entonaron los fieles cristinistas, que no le perdonan a Kicillof su desprendimiento del nido que le dio de comer durante años.
Victoria Montenegro y Elizabeth Gómez Alcorta fueron algunos de los dirigentes kicillofistas que se dejaron ver debajo de la bandera del Movimiento Derecho al Futuro.
“La militancia tiene que evitar que la detengan”, lanzó en diálogo con Noticias Argentinas la ex ministra de Mujeres del Frente de Todos, reclamando un nuevo 17 de Octubre.
Más allá de la multiplicidad de dirigentes de Unión por la Patria, como Germán Martínez, Carlos Heller y Nicolás Kreplak, sorprendió para bien la presencia en la calle de dirigentes de la izquierda dura, como Myriam Bregman (PTS), a quien muchos manifestantes K se acercaron para agradecerle el gesto de solidaridad.
El intenso olor de choripanes humeantes impregnaba el ambiente en cada metro cuadrado de la intersección de Matheu y Adolfo Alsina, donde se apostaron los vendedores que más temprano habían estado trabajando en el corte del puente Pueyrredón.
La venta de pines y todo tipo de souvenirs con simbología nacional y popular fue parte de la postal teñida de nostalgia que dejó la concentración K.
En esta línea, hubo cánticos con reminiscencias de la resistencia peronista de antaño (“La JP nació en los barrios luchando contra la represión, haciendo huelga, metiendo caño, dando la vida por Juan Perón”), que sintonizaron con la efeméride que sirvió de pretexto para reunir a la militancia en el día de ayer a 69 años de los fusilamientos de José León Suárez.
“La fusilada que vive”, como se definió ayer haciendo un juego intertextual con “Operación Masacre” de Rodolfo Walsh, se despidió de sus seguidores con un dejo de tristeza por los tiempos mejores que pasaron, pero con un mandamiento de esperanza sobre el porvenir.
“Pueden meterme presa, pero tarde o temprano, puede tardar más o menos tiempo, pero el pueblo finalmente es como un río, se puede desviar el cauce pero finalmente el agua se filtra y pasa”, sintetizó.