La Cámara de Diputados dio media sanción, con 132 votos contra 104, al proyecto de Boleta Única de Papel para instrumentar en las elecciones generales presidenciales y de legisladores nacionales en todo el país, que fue impulsado por bloques opositores, y tuvo el rechazo del Frente de Todos y la abstención de la izquierda. En la Cámara alta el oficialismo tiene mayoría por lo que es una incógnita su definición.
La iniciativa fue sancionada por los votos de Juntos por el Cambio, del Interbloque Federal, de Juntos por Rio Negro, del Movimiento Popular Neuquino, y las dos bancadas de derecha y Ser, mientras que el Frente de Todos y el Frente de la Concordia Misionero lo hicieron en contra, y la izquierda se abstuvo.
La iniciativa inspirada en el “modelo cordobés” de boleta única de papel logró la media sanción con 132 votos a favor, 104 rechazos y cuatro abstenciones, por lo que el debate se mudará próximamente a la Cámara alta.
Si bien el ensayo de unidad amplia opositora que estrenó Juntos por el Cambio junto al interbloque Federal, los liberales y legisladores sueltos de fuerzas provinciales fue exitoso y alcanzó para asestarle un duro revés efectivo al oficialismo, en el horizonte cercano solo asoman nubarrones.
Aún en el improbable escenario de un triunfo en el Senado, lo cual solo podría producirse si un puñado de legisladores oficialistas se da vuelta y apoya el proyecto opositor, el presidente Alberto Fernández podrá ejercer el derecho constitucional al veto.
La oposición consiguió reunir un estricto quórum de 129 diputados con sus propios legisladores para abrir la sesión, ya que el Frente de Todos había anticipado que no bajaría al recinto porque considera que el tema no está en “la agenda de la gente” y que es “extemporáneo”.
El debate
Al comenzar el debate, el diputado radical por Salta, Miguel Nanni, indicó que “el 90% de los países democráticos del planeta tienen este sistema que hoy estamos tratando. La boleta única nos va a garantizar que la persona a la que queramos votar va a estar en el cuarto oscuro”.
Además, se refirió a los costos y puntualizó que “la inversión en la boleta partidaria actual es muy alta. Proponemos un sistema que prevé un excedente de 5%”.
Acto seguido, el legislador bonaerense, Florencio Randazzo, sostuvo que “la boleta única aporta un cambio y modernización al sistema electoral argentino” y destacó el conso y el número alcanzado por la oposición para imponer el debate. “Lo más importante es que hemos logrado una nueva mayoría plural y diversa”, dijo.
El diputado del Frente de Todos y titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Hernán López Araujo, defendió la continuidad de la boleta partidaria, al sostener que “no hay evidencia empírica” de que el sistema electoral vigente facilite el robo de boletas o el fraude electoral en sus distintas variantes.
En su discurso pidió “empezar a trabajar en una agenda de consenso para tratar los temas que le importa a la gente”. “Este tema esta lejos de los problemas de la ciudadanía, esto es un problema de la agenda política, de la casta, si quieren, parafraseando a un dirigente opositor”, en alusión al derechista Javier Milei.
También se lamentó que la oposición se conforme con una “victoria pírrica con 130 o 131 votos” en el marco del debate acerca de una reforma electoral de gran envergadura que merecería acuerdos transversales entre las fuerzas políticas mayoritarias.
El diputado del Frente de Todos, Sergio Palazzo, dijo que la oposición “está en todo su derecho de venir y plantear un sistema de boleta única, lo que se cuestiona es que la centralidad de su agenda política esté en la agenda electoral”.
“Hablan de reducir costos, esta es la gran discusión de la política argentina. Lo que para usted es un gasto, para nosotros es una inversión. La democracia es una inversión para mejorarle la vida a la gente”, agregó y cuestionó el formato del nuevo sistema: “La boleta única es como ‘Buscando a Wally’”.
El diputado de Avanza Libertad, José Luis Espert, defendió el proyecto e indicó que “el Estado debe asegurarle al votante poder emitir su voto según su preferencia y con la menor dificultad posible. Claramente la boleta única de papel lo hace al reunir toda la oferta electoral”. “Hemos normalizado la anormalidad, y parte de ella es votar con la boleta partidaria”, añadió.
La posibilidad del veto presidencial también sobrevoló los discursos de la oposición. “Esperemos que el Senado no sea conservador y sobre todo que no sea conservador el Presidente y que no lo vete. Que no le tenga miedo al pueblo y a la expresión popular”, señaló la diputada de Evolución radical, Carla Carrizo.
Desde el Frente de Izquierda, la diputada Myriam Bregman, cuestionó el proyecto y advirtió que se está “discutiendo un tema que sólo le interesa a la clase política, mientras el dueño de ‘Ladrónima’ se nos ríe en la cara”, en referencia a las declaraciones sobre remarcación de precios del empresario supermercadista patagónico Federico Braun.
También criticó el consenso opositor para llegar a un dictamen sobre Boleta Única, al afirmar con esta iniciativa “no estamos viendo la democratización del sistema electoral”. “El sistema precario de acuerdos al que han llegado les han impedido hacer modificaciones importantes”, dijo y pidió debatir cuestiones centrales como el financiamiento de las campañas electorales y la asignación de espacios publicitarios.
En el mismo sentido, la diputada del PO, Romina del Plá, señaló que el debate “no cambia la naturaleza política del régimen electoral existente y vigente”. “Con la Boleta Única continua un régimen electoral dominado por el financiamiento de los grupos económicos a la política; son todos funcionarios de Techint. Se mantiene también la injerencia del Estado en la vida de los partidos a través de la ley de PASO, que sostiene pisos proscriptivos, donde los partidos del sistema cuentan con recursos diferenciales, y todo un régimen de punteros y aparatos”, completó.