No solo las personas vivieron momentos dramáticos en la inundación del 7 de marzo sino que las mascotas también sufrieron las consecuencias del temporal, tanto por el trauma de separarse de sus dueños, como por el frío, el hambre, la incertidumbre y, en algunos casos, las heridas que soportaron y, lo peor, el abandono. Gran parte de los que sobrevivieron no tenían dónde volver.
Uno de los grupos que participó en el rescate de animales fue el recientemente conformado Club Patitas. Sus miembros (la mayoría) se conocieron en medio de la catástrofe, aunque casi todos ya venían trabajando en ayuda animal, con donaciones, oficiando de tránsito y difundiendo información.
El grupo está conformado por Antonia Calandrón y su novio Máximo San Sebastián, Lucía Pelizario, Milagros García, Florencia Darrechi y Laura Chorrero.
Durante la emergencia, ellos vieron que los frentes de ayuda más dirigida al humano estaban bastante cubiertos y el interés previo que compartían los llevó a cada uno a ayudar a los animales.
Su misión fue trasladar a los perros y gatos que necesitaban atención veterinaria a un punto de encuentro común donde eran asistidos por profesionales y entregar alimento balanceado a los más afectados.
Para ello acondicionaron una camioneta y se metieron en los lugares más anegados de Ingeniero White y Cerri.
Antonia, de 21 años, estudiante de profesorado de Lengua y Literatura, todavía recuerda cuando tuvo que sacar a upa a un perro que estaba en estado de desnutrición y con convulsiones, envuelto en mantas.
“Vimos de todo, desde gente que se acercaba para llevar sus mascotas a control hasta animales abandonados a su suerte, muchos muy lastimados por la catástrofe y otros por la indiferencia. La mayoría de los cachorros que tuvimos fueron abandonados o entregados para conseguir un hogar”, contó.
“Por suerte los perritos que habían quedado del temporal a nuestro cargo ya se han podido reunir con sus seres queridos y quienes no contaban con una familia, han podido encontrarla”, comentó.
Pasado el temporal el grupo acabó fundando el Club Patitas que hoy se dedica a la búsqueda de tránsitos y adopciones para sus rescatados.
“Lo que empezó como una respuesta urgente se transformó en un proyecto lleno de amor y compromiso, para que esta labor sea cotidiana”, dijo.
“Constantemente aparecen nuevos casos, algunos nos los cruzamos nosotras, otros nos los acercan las personas que nos van conociendo. Tratamos de encontrar la mejor opción tanto para el animal a adoptar/transitar como para el adoptante/transitante”, comentó.
Eligen conocer a la persona que se lleva a sus rescatados y hacer un seguimiento para constatar la adaptación y el bienestar del animal en ese nuevo hogar.
“También vamos a sus consultas veterinarias para ver cómo evolucionan si es que están en tratamiento y para garantizarnos su buena salud”, destacó.
El grupo tuvo gran aceptación y mucha gente colaborado con su causa.
“Lo agradecemos muchísimo, estamos empezando, somos todos estudiantes o laburantes y hacemos todo sin fines de lucro para costear los tratamientos de nuestros rescatados, como la reciente rifa de pascua que sorteamos”, explicó.
Lucía (29) es Analista de Comercio Exterior, Máximo (21) estudia Ingeniería Electrónica, Florencia (24) estudia Gestión Ambiental, Milagros es profesora de patín y Laura es profesora de Educación Física y de Hockey. Ella fue la última en incorporarse al grupo y durante la inundación rescató más de 14 animales con las familias del club de hockey de Palihue.
El Club Patitas ya realizó tres exitosas jornadas de entrega de alimento balanceado y hoy trabaja codo a codo con la ONG Mascoteros Bahienses, cuyas integrantes son una especie de “mentoras” con quienes tienen proyectos como la castración de una colonia de felinos y una vacunación masiva contra la leptospirosis, enfermedad que se ha comenzado a ver con más frecuencia después de la inundación.
“Club Patitas es la prueba firme y contundente que siempre se puede sacar algo bueno incluso de las situaciones más horribles”, expresó.
Fuente: La Nueva.