Las elecciones legislativas porteñas del 18 de mayo tendrán un atractivo particular que parte de la decisión de la mayoría de las fuerzas políticas de sacar a la cancha a nombres rutilantes como cabezas de lista.
El desdoblamiento y la anticipación de la campaña en la Ciudad obligó a los espacios políticos a jugar más fuerte de lo habitual para comicios meramente locales, ya que un buen resultado en un distrito clave permitirá empezar el calendario electoral con el pie derecho.
Si las elecciones hubieran sido concurrentes con las nacionales, de nada habría servido “gastar” esos comodines en elecciones locales, con la consecuencia de que les tocará asumir cargos en una “liga menor” como es la Legislatura porteña.
Pero más allá del factor calendario, hay sectores que se juegan partidos aparte, como el desafío que tiene el PRO de extender la hegemonía en el distrito que lo vio nacer y que se encuentra bajo amenaza después de 18 años de poder ininterrumpido.
La Libertad Avanza busca arrebatarle al PRO su último bastión, y por eso ambos espacios prefirieron ir divididos y medir fuerzas entre sí, aunque esa decisión pueda costar la derrota a manos del radical kirchnerista Leandro Santoro.
La elección definitiva, sostienen, es la del 2027, cuando el propio sistema electoral, que prevé un balotaje, favorecerá la unidad de acción contra el kirchnerismo porteño.
Pero este 2025 todavía es propicio para que cada espacio pueda especular para mostrar cuánto vale por separado.
El regreso de Horacio Rodríguez Larreta, que armó un movimiento propio fuera del PRO con la aspiración nostálgica de recuperar la gloria perdida, también se inscribe en esta lógica.
Y lo mismo cabe decirse de Ramiro Marra, que tras ser eyectado de La Libertad Avanza busca reinventarse echando mano al viejo sello de la UCEDÉ, con el objetivo de disputarle electorado a quienes lo despreciaron.
Dentro de este fenómeno de sobredimensionamiento de la importancia de la elección porteña, con los partidos políticos poniendo toda la carne al asador, se puede identificar un dato política de singular relieve: habrán cuatro diputados nacionales que serán cabezas de lista de alianzas competitivas.
La primera, ya mencionada al pasar, es la de Leandro Santoro, quien encabezará la lista “Es Ahora Buenos Aires” con el apoyo del PJ porteño.
Politólogo de 49 años, desarrolló su militancia territorial en el barrio donde pasó toda su vida, Boedo.
Es diputado nacional desde el 2021 y en diciembre vence su mandato, pero antes ya había tenido una primera experiencia en la Legislatura entre el 2017 y el año en que juró por su banca en el Congreso nacional.
Santoro fundó y lideró la agrupación juvenil “Los Irrompibles” vinculada al ala progresista del radicalismo.
Fue parte del Movimiento Nacional Alfonsinista, y sigue reivindicando esa tradición militante, pero a partir del 2015 se acercó al kirchnerismo, integrándose como candidato a vicejefe de Gobierno en la fórmula que encabezaba Mariano Recalde.
Su ascenso en la política porteña determinó que en el 2023 pasara a liderar como candidato a jefe de Gobierno de Unión por la Patria: hizo una buena elección pero se bajó del balotaje porque las encuestas ya lo daban como ganador holgado a Jorge Macri.
A fuerza de buenos rendimientos electorales, presencia mediática y reconocimiento vecinal, Santoro logró consolidarse como la principal referencia que tiene el progresismo en la Ciudad de Buenos Aires, tomando el lugar que su momento supo hegemonizar Aníbal Ibarra durante varios años hasta que cayó en desgracia por la masacre de Cromañón.
Articulando un lenguaje de estirpe socialdemócrata, bastante alejado de la retórica peronista clásica, Santoro busca seguir ampliando su convocatoria para llegar a nuevos segmentos de la población.
Otra diputada nacional que dejará su banca en el Congreso nacional después de una década (2015-2025) para saltar a la Legislatura es Silvia Lospennato, que fue elegida para encabezar la lista de “Buenos Aires Primero”, el frente electoral que lidera el PRO en la Ciudad.
Vecina de Villa Urquiza de 47 años, también es politóloga y con los años se convirtió en una de las principales espadas del macrismo en la Cámara de Diputados.
Su figura cobró mucha notoriedad a partir del 2018 cuando enarboló el pañuelo verde se embanderó detrás del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
También es una entusiasta defensora de la ley de Ficha Limpia y después de muchos años de insistencia logró que Diputados le diera media sanción a la iniciativa en base a un proyecto de su autoría.
La actual vicepresidenta segunda de la Cámara baja tiene mandato hasta diciembre del 2027 en el Congreso nacional en representación a la provincia de Buenos Aires, pero aceptó el pedido de su partido para cruzar la General Paz para encabezar la boleta ante las negativas previas de María Eugenia Vidal y Fernán Quirós.
La responsabilidad de vender y defender la marca PRO en la Ciudad le cae de golpe y sin preaviso, y antes de estampar la firma en la lista de candidatos Lospennato tuvo que cumplir con el paso formal de renunciar al Consejo del partido amarillo de la provincia de Buenos Aires.
De todos modos, ésta no será su primera experiencia en el ámbito de la Ciudad: en su curriculum vitae se destacan antecedentes importantes como titular de la Unidad de Proyectos Especiales Cuenca La Matanza-Richuelo (2011-2014) y subsecretaria de Gobierno porteño (2014).
Inesperadamente, Lospennato tiene la posibilidad de reinventarse como figura prominente del PRO capitalino.
A la diputada nacional le cayó del cielo una oportunidad de oro, aunque la movida es arriesgada: la diputada deja atrás una zona de confort, un hábitat al que supo sacarle provecho y en el que goza de pleno reconocimiento, incluso del oficialismo libertario al que le salvó las papas del fuego en más de una ocasión.
Si le va bien en las elecciones porteñas y logra rescatar a su partido del desastre que muchos de los rivales le vaticinan, podrá proyectarse hacia el 2027 desde un lugar de fortaleza política.
Con la designación de Lospennato, el PRO eligió disputar a fondo el electorado más centrista-republicano al que apunta Rodríguez Larreta, y también el radicalismo con la candidatura de la ex presidenta de la FUBA y dirigente de la Franja Morada Lucille Levy, sumado a la propuesta de la Coalición Cívica con Paula Oliveto a la cabeza.
Ésta última también es diputada nacional y será cabeza de otra lista que competirá en las elecciones del 18 de mayo.
A los 52 años, después de dos mandatos completos en la Cámara baja (2017-2025), a la abogada oriunda de Mataderos le toca la difícil tarea de representar a la Coalición Cívica en las urnas porteñas, encabezando la lista “Es Con Vos”.
Al igual que Santoro, Oliveto ya tuvo una experiencia como legisladora porteña antes de llegar al Congreso, entre el 2013 y el 2017.
Actualmente es la presidenta de la CC-ARI de la Ciudad de Buenos Aires, y tiene toda la confianza de Elisa Carrió para ocupar una banca en la próxima composición de la Legislatura.
La cuarta y última diputada nacional que pronto recalará en la Legislatura porteña en caso de alcanzar un piso suficiente de votos en Vanina Biasi, del Frente de Izquierda.
Con 51 años, es referente del Partido Obrero, con participación en el movimiento de mujeres, y asumió su función en el Congreso en junio del año pasado en reemplazo de Myriam Bregman, en el marco del mecanismo de rotación de bancas con el que funciona el Frente de Izquierda.
Además, Biasi es trabajadora no docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y fue candidata a jefa de Gobierno porteño en el 2023 por el Frente de Izquierda.
Al margen de estos cuatro diputados nacionales, hay otros cinco dirigentes que en el pasado reciente cumplieron mandato en la Cámara baja y fueron incluidos en las listas de candidatos a legisladores porteños.
Se trata de Hernán Lombardi (PRO – Buenos Aires Primero), Laura Alonso (PRO – Buenos Aires Primero), Waldo Wolff (PRO – Buenos Aires Primero), Victoria Morales Gorleri (PRO – Buenos Aires Primero), y Fernando Sánchez (CC – Es Con Vos).
En la lista de candidatos que encabezará Rodríguez Larreta también aparece otro nombre conocido del Congreso nacional, aunque en este caso de la Cámara alta: hablamos de la senadora nacional Guadalupe Tagliaferri, que firmó segunda en la nómina.
Y hay un ex senador nacional que encabeza la lista de “Seamos Libres”, un desprendimiento de Unión por la Patria que es apoyado por el Movimiento Evita y un sector importante de la CGT: se trata de Juan Manuel Abal Medina.
El ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner esperó hasta último momento un llamado del sector que impulsa a Santoro para explorar un acuerdo de unidad.
Abal Medina estaba dispuesto a bajar su lista si desde el sector del PJ porteño integraban a algún dirigente de su espacio en algún lugar expectable de la nómina de candidatos de “Es Ahora Buenos Aires”, pero la comunicación nunca llegó y por eso inscribió su propio frente electoral.