La Unión Europea (UE) y su principal economía, Alemania, mostraron su cautela sobre el futuro de las relaciones con Italia tras el triunfo de la neofascista Giorgia Meloni en las elecciones legislativas del domingo, un giro dramático en el poder de ese país tras el gobierno tecnócrata de Mario Draghi.
“Esperamos tener una cooperación constructiva con las nuevas autoridades italianas. Por el momento, esperamos que Italia proceda al nombramiento de un gobierno”, dijo Eric Mamer, vocero de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE.
Agregó que la Comisión y su titular, Ursula von der Leyen, “están listos para trabajar con todos los gobiernos que emergen de elecciones en los países de la Unión Europea. Y no será diferente en este caso”.
El domingo, el partido neofascista Hermanos de Italia, liderado por Giorgia Meloni, consiguió una espectacular victoria con el apoyo de La Liga, del xenófobo Matteo Salvini, y de Forza Italia, conducida por Silvio Berlusconi.
Ante el surgimiento de un eventual gobierno de extrema derecha en un país del bloque, la Unión Europea no esconde su cautela. El bloque cuenta actualmente con gobiernos de derecha nacionalista en Hungría y Polonia, dos países con los cuales la Comisión Europea mantiene tensas y difíciles relaciones.
Alemania, por su parte, espera que Italia siga siendo “muy favorable a Europa” pese a la victoria de Giorgia Meloni. “Italia es un país muy favorable a Europa, con ciudadanos y ciudadanas muy favorables a Europa, y partimos del principio de que eso no cambiará”, dijo el vocero del Ejecutivo, Wolfgang Büchner, en una conferencia de prensa.
Un vocero del Ministerio de Finanzas dijo que Alemania espera que Italia respete las reglas presupuestarias europeas.
El partido alemán de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) saludó la victoria de Meloni. “¡Celebramos con Italia! Felicitaciones a toda la alianza”, que debería tomas las riendas de Italia, escribió en Twitter Beatrix von Storch, vicepresidenta del grupo AfD en el Parlamento.
El futuro de Italia
El nuevo ejecutivo italiano sucederá al gobierno de unidad nacional liderado desde enero de 2021 por Mario Draghi, el expresidente del Banco Central Europeo (BCE), que tomó las riendas de la tercera economía de la eurozona, hundida por la pandemia.
Draghi negoció con la Unión Europea una ayuda financiera de casi 200.000 millones de euros, a cambio de que su país realice profundas reformas económicas e institucionales.
A pesar de lo que estaba en juego, varios partidos que habían aceptado formar parte de su gobierno acabaron derribándolo este verano por motivos puramente electorales, lo que llevó a la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.
El nuevo gobierno tendrá que gestionar la crisis provocada por una inflación galopante, mientras Italia ya se derrumba bajo una deuda que representa el 150% del PBI, la más alta de la zona euro detrás de Grecia.
La bolsa de Milán subía este lunes por la mañana, ya que los mercados habían anticipado la victoria del partido neofascista. El viernes, había caído 3,36%, sufriendo el retroceso más importante entre las grandes plazas bursátiles europeas.
El “spread”, es decir la diferencia entre el rendimiento de los bonos a diez años de deuda alemana (referencia en Europa) y el de los bonos de Italia subió 235 puntos este lunes, una señal de la persistente preocupación entre los inversores sobre la deuda de Italia.
(Ámbito)