Por Andrés Lavaselli
La confirmación de que Cristina Kirchner mantiene su intención de ser candidata a diputada provincial en las elecciones que Axel Kicillof adelantó para el 7 de septiembre es el primer dato fuerte del complejo desafío que enfrenta ahora el peronismo: ¿cómo armar listas de unidad en medio de una fractura interna? En la oposición, en cambio, la incógnita –que no se resolverá hasta que se conozca el resultado de la elección porteña- es si habrá acuerdo o no. Mientras, Javier Milei desembarca en La Plata para intentar nacional la campaña y reeditar el juego de la polarización con el expresidenta.
La posibilidad de un acuerdo de unidad en el peronismo se abrió el lunes, cuando Cristina desactivó un plan para obligar a Kicillof a aceptar la elección unificada. Pero como demostración de que las desconfianzas perduran intactas, la explicación de los motivos difiere de un campamento a otro. En el Instituto Patria dicen que “priorizó los intereses del conjunto, como hace siempre”. En La Gobernación coinciden, pero agregan que la expresidenta presenta como virtud una necesidad: el camporismo –dicen- no había podido juntar los votos necesarios para aprobar las elecciones concurrentes.
El diagnóstico de Cristina ata la elección provincial a la nacional: si el peronismo pierde el 7 de septiembre –dice- también será derrotado en 26 de octubre, cuando se elijan los diputados nacionales por la provincia. Imagina, por lo tanto, campañas cuasi unificadas, con el foco puesto en la discusión de ella con Milei. El esquema implica un protagonismo que genera desconfianzas en el kicillofismo, que advierte un relato en elaboración en el cual la expresidenta será la responsable del triunfo, si ocurre; mientras que si se imponen los libertarios, Kicillof será señalado por el desdoblamiento.
En el entorno del gobernador circula una evaluación alternativa sobre el saldo de lo que ocurrió y puede ocurrir. Coinciden en la necesidad imperiosa de derrotar a Milei debe guiar al armado. Pero a la vez creen que, en cierto modo, Kicillof “ya triunfó”. ¿Por qué? “Axel fue sometido a una presión tremenda para que desista de su posición. No lo hizo. No se asustó y eso preserva su liderazgo”. La señal interna que implicó sostener ante los intendentes que la pedían la estrategia del desdoblamiento es una parte esencial de ese diagnóstico del Movimiento Derecho al Futuro.
La interlocución entre los tres sectores sigue en pausa: Massa habla con todos pero el diálogo Kicillof-Kirchner sigue cortado: el Patria pide un llamado de Axel en retribución al gesto de ceder de Cristina, pero en La Plata recuerdan que él la llamó hace un mes y ella lo mandó a hablar con Máximo. Es una referencia con una deriva adicional: ¿por qué Cristina reservó para sí el anuncio de tregua y no permitió que lo haga el presidente del PJ bonaerense? En La Cámpora aventan cualquier fantasma de discrepancia, pero en La Plata apuntan a otra cosa: una señal de debilidad.
Aun en ese contexto, comienzan a circular criterios y nombres. Cristina cree que es dueñla del 50% de los lugares y que MDF y el FR deben conformarse con el 25% restante cada uno. Es una posición de arranque de negociación: no está claro aún si ella será candidata nacional después de postularse en provincia, ni si Massa, que quiere que sus legisladores renueven, será una carta para reforzar la oferta peronista en el Conurbano pese a que hasta ahora lo niega. Kicillof le baja el precio al tema: manda a decir que él solo pone en juego una legisladora y que muchos de lo que ahora integran su espacio no ingresaron a las listas por pedido suyo. “Con no enterarnos 48 horas antes de listas armadas por Máximo con Insaurralde y poder discutir antes estamos bien”, dicen en su entorno.
El miércoles será un día importante para determinar el ritmo y los modos de avance de esa discusión. Se votará en Diputados el proyecto para eliminar las PASO que la semana pasada tuvo su OK en el Senado. El clima de la previa es de “pax armada”: nadie duda que el proyecto será aprobado, pero la posibilidad de una jugada que reintroduzca tensión está latente. Ocurrió cuando se trató la cuestión en la Cámara Alta con la cuestión de las reelecciones y los plazos para los comicios, dos novedades de última hora empujadas por el camporismo, y podrían volver a ocurrir.
¿Un espejo?
Todo indica que Milei protagonizará el martes un postergado desembarco en La Plata, para cerrar el “Congreso de la Libertad Bonaerense” junto a varios de sus ministros. Sumará a su hermana Karina, responsable de la organización del partido La Libertad Avanza en las provincias y al Diputado José Luis Espert, probable cabeza de la lista de diputados nacionales libertarios. Su presencia es una forma de nacionalizar la campaña: Milei busca plantarse como la contrafigura de Cristina y explotar una grieta que ya le generó buenos resultados. Su compromiso, dicen, será alto. Y su nivel de intervención.
A la vez, es un intento de superar un déficit evidente de LLA: la carencia de nombres reconocidos en los territorios. Es un punto en el que aparece la pulseada con PRO, que tiene mucho mejor desarrollo territorial, aunque una marca que, hoy, es mucho menos taquillera. No es una discusión que se produzca en el vacío: Karina viene de dar un paso en falso en Santa Fe, donde su criterio de listas puras sin acuerdos terminó en una derrota clara de los libertarios, que quedaron terceros detrás del acuerdo del gobernador Pullaro con PRO y socialistas locales y de una de las variantes del PJ.
¿La Provincia de Buenos Aires es tan distinta a Santa Fe? ¿Lo que fracasó allá puede funcionar acá? Son preguntas sin respuestas aun entre los libertarios. Pero Karina es observada por otro jugador fuerte de esa interna: el asesor todoterreno Santiago Caputo, que siempre sostuvo la necesidad de hacer acuerdos locales. En PBA Caputo respalda un armado –el partido Las Fuerzas del Cielo, que se lanzó en un recordado acto de estética filo fascista encabezado por “El Gordo Dan- que tiene roces con algunos referentes que responden a Sebastián Pareja, el delegado de la hermana presidencial.
En paralelo, la disputa con PRO no se resolverá hasta después del 18 de mayo, cuando se realicen las elecciones porteñas. Allí, Milei parece querer darle un golpe duro a Macri en su distrito de origen: no solo puso un candidato de su riñón como Manuel Adorni, sino que este acaba de decir que no es un mal salir segundo detrás de Leandro Santoro, el candidato del peronismo. Traducción: el objetivo principal es derrotar al PRO (creen que en 2027 los porteños no elegirán a alguien del perfil de Santoro como jefe de Gobierno) más que al peronismo.
El punto es que si se da ese resultado, a Macri le costará mucho más negociar un acuerdo global para la PBA y estará más expuesto a fugas individuales de dirigentes PRO hacia la boleta libertaria. Pero si ocurre lo contrario, el expresidente saldrá relativamente empoderado y la conversación final será en otros términos. (DIB) AL