A semanas de unas elecciones críticas para su proyecto presidencial, Horacio Rodríguez Larreta inició una profunda reestructuración de su círculo de confianza. Se trata de funcionarios desconocidos para el gran público, pero claves en su manejo del gobierno porteño.

Lo notable es que estas figuras que lo acompañaron durante la larga marcha hasta este momento, cuando finalmente ingresó a las grandes ligas de la política y se perfila su candidatura presidencial, dejen de acompañarlo.

Fernando “Bana” Benegas y Patricio Avellaneda son dos nombres claves que dejarán el gobierno porteño a fin de mes. La noticia de su salida sacudió fuerte a la sede del gobierno porteño de Uspallata, donde conocen a la perfección su cercanía a Larreta.

Ambos se suman a otros funcionarios claves que dejaron de acompañarlo, como Karina Fernández. Benegas se desempeña como Secretario de Innovación y Transformación Digital y tenía a su cargo las herramientas de cercanía con los vecinos.

Bajo el título de Secretario de Planificación y Coordinación de Gestión, Patricio Avellaneda, que será reemplazado por Facundo Carrillo, era uno de los controladores del desempeño de los ministerios porteños, una tarea similar al que realizó Franco Moccia en la gestión de Mauricio Macri. Tanto él como Benegas desembarcarán en una empresa privada, pero no son los únicos que parten.

El momento para encarar la puerta de salida resulta extraño. Hasta noviembre Larreta se jugará su futuro político y buena parte de sus posibilidades de llegar a la Presidencia. Por ahora logró imponerse como accionista mayoritario del PRO, pero aún debe batallar contra el radicalismo, una pelea que en la Ciudad prefieren dejar para más adelante.

“Hay una cuestión que es muy clara: en el mundo privado se manejan sueldos que son imposibles de cobrar en el Estado. Todo muy lindo, pero tenés que estar 24/7 atento al teléfono y llega un momento que es agotador. Eso no quita que el día de mañana puedan volver”, explicó a LPO una fuente del gobierno porteño.

El funcionario, que pidió mantenerse en estricta reserva, explicó a LPO que la gestión al interior del gobierno está cada vez más tabicada y menos horizontal . “Horacio no abre el juego, está cada vez más cerrado, como hizo Mauricio con Marquitos y su mesa chica. Hay muchos que perdieron la comunicación directa”, se quejó.