“Estamos en veda, pero el Presidente no se toma el día libre“, afirma, terminante, un vocero presidencial. La frase sirve para describir la actividad de Mauricio Macri en el lapso que va desde la mañana de hoy hasta el domingo a las 18, cuando se cierre formalmente el horario de votación y comience la tensa espera de los primeros resultados de las PASO.
En la agenda del día, siempre en la quinta presidencial de Olivos, Macri tiene hoy un almuerzo con la mesa chica con la que toma las decisiones importantes. Marcos Peña, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio y el consultor ecuatoriano Jaime Durán se sentarán a comer, con un invitado adicional: Miguel Angel Pichetto, su compañero de fórmula presidencial. Un balance de la campaña electoral, y el análisis de las perspectivas a pocas horas de la elección formarán parte, con toda seguridad, del menú compartido.
Para la tarde el primer mandatario espera la visita de su amigo Francisco “Pancho” Cabrera, actual titular del BICE, y el embajador argentino en México, Ezequiel Sabor, entre muchos otros. Lo acompañan, como es habitual, su vocero Iván Pavlosky y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.
Para hoy a la noche está previsto que el Presidente se traslade a la quinta Los Abrojos, heredado de su padre Franco junto a sus hermanos varones y que sirve como refugio espiritual y familiar los fines de semana y los momentos previos a cada elección trascendente.
Si el tiempo lo permite, Macri jugará paddle y tenis, deportes que suele realizar más allá de los golpes y las operaciones de meniscos a las que fuera sometido en su rodilla derecha. Suele compartir los courts del complejo de Malvinas Argentinas con Daniel Awada (hermano de su mujer Juliana), el actor Martín Seefeld o el asesor presidencial José Torello.
El habitual fútbol de los domingos, del que participan funcionarios, amigos y algunos exjugadores, está en veremos. Es que el Presidente votaría cerca de las 11 en una escuela de la calle Juncal al 3100, en el barrio de Palermo.Ads by
Tal vez por la tarde pueda calzarse los pantalones cortos para disfrutar de ese juego, en el que hace las veces de lanzador y abastecedor de pases a los delanteros, un rol en el que se siente cómodo y en el que no está obligado a tanto despliegue físico. “No sabés el pase que metí en el partido”, suele jactarse en la intimidad.
Fuente: La Nación